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El espectáculo itinerante redentor del hermano Neil


Aunque para hoy tenía previsto otro tema para el post, el estado de euforia que me embarga me impide hacer otra cosa. Acabo de confirmar mi viaje a Dublín el próximo mes de junio en compañía de mi mujer y un grupo de buenos amigos para ver en concierto a Neil Diamond. Era una de mis asignaturas pendientes, y si nada lo impide, estoy dispuesto a recuperar con nota.

A pesar de que sus camisas de lentejuelas y una floja producción en los ochenta han ayudado a crear una imagen nada positiva de Neil, es indudable que se trata de uno de los grandes artistas en activo de los setenta. Como le ocurriera a Elvis, la anécdota de su aspecto y algunos proyectos ha enturviado el resto de su trayectoria, convirtiéndose en un personaje fácil de parodiar y descalificar. Allá quien se lo pierda.

Sin que me ciegue la afición, es empíricamente demostrable que Neil Diamond posee una voz prodigiosa para rock, soul y baladas pop; que es capaz de escribir unas letras emocionantes y de concebir unas melodías geniales. Y a quien se adelante a clamar que eso era en sus buenos tiempos, le animo a que le eche una audición a su último álbum ‘12 songs’ producido el pasado año mano a mano con Rick Rubin (con quien, por cierto, ya trabaja en otro disco).

En fin, para celebrar la noticia, nada mejor que disfrutar con dos de sus canciones. La primera, una muestra emocionante y reflexiva ‘I’ve been this way before’, se registró en Los Ángeles, a mediados de los setenta. La segunda, ‘Brother Love's traveling salvation show’, es una arrolladora crónica de la impresión que le produjo al cantante ver uno de esos espectáculos religiosos ambulantes de la América profunda. Es un concierto grabado en irlanda 30 años después, ante más de 70.000 espectadores.

I'VE BEEN THIS WAY BEFORE


He sido así antes

He visto la luz, / He visto la llama. / He sido así antes / Y estoy seguro de que volveré a ser así otra vez.
Porque he sido rechazado, / Y he sido recuperado. / Y porque vi tus ojos antes / Y estoy seguro de que los volveré a ver. / Una vez más.
Porque he sido liberado, / Y he sido recuperado. / Y porque antes canté mi canción / Y estoy seguro de que la volveré a cantar otra vez.
Algunas personas logran sonreír. / Algunas personas sólo llorar. / Algunas personas lo logran / Sin preguntarse nunca por qué.

Algunas personas consiguen cantar. / Algunas personas sólo suspirar. / Algunas personas / nunca ven la luz / Hasta el día de su muerte.

Pero he sido liberado, / Y he sido recuperado. / Y he sido así antes / Y estoy seguro de volverlo a ser.

Una vez más. / Una vez más.

BROTHER LOVE'S TRAVELING SALVATION SHOW


El espectáculo itinerante redentor del Hermano Amor

Cálida Noche de Agosto, / Y las hojas cuelgan. / Y la hierva en la tierra con su dulce olor.
Camino arriba, hacia las afueras del pueblo, / Late el sonido de ese buen gospel. / Hay una tienda rota / Donde no hay árboles / Y ese grupo de gospel nos dice:

Es el amor, el amor / El espectáculo itinerante redentor del Hermano Amor / Reunid a los bebés, traed a las ancianas / Que vengan todos, que todos conozcan / El espectáculo itinerante redentor del Hermano Amor.

De repente se paraliza la sala, / Y cuando casi apostarías /Que puedes oír tu propio sudor, él entra, /Ojos negros como el carbón.

Y cuando alza la cara / Cada oído del lugar se dirige hacia él. / Empieza suave y lento / Como un pequeño terremoto / Y cuando se deja llevar / Estás en mitad de los temblores del valle.

Es el amor, el amor / El espectáculo itinerante redentor del Hermano Amor / Reunid a los bebés, traed a las ancianas / Que vengan todos, que todos conozcan / El espectáculo itinerante redentor del Hermano Amor.

(SERMÓN)

Toma mi mano entre las tuyas / Camina conmigo este día / En mi corazón sé que nunca me desviaré.

Es el amor, el amor / El espectáculo itinerante redentor del Hermano Amor / Reunid a los bebés, traed a las ancianas / Que vengan todos, que todos conozcan / El espectáculo itinerante redentor del Hermano Amor.

Javier Krahe, a vueltas con el vago burlón


"En primer lugar, / le gusta bailar, / bailar y bailar, / conmigo y sin mí. / En segundo lugar, / le gusta tomar/ el sol junto al mar, / conmigo y sin mí. / En tercer lugar, / le gusta follar / conmigo y sin mí; / pero, en cuarto lugar, / le gusta follar conmigo / ¡más que sin mí! / Eso me dijo ella".

Así de "fogoso" se presenta, una vez más, el muy venerable Javier Krahe. Esos versos pertenecen a 'Conmigo y sin mí', canción incluida en su nuevo disco, 'Querencias y extravíos', y a la sazón, compuesta junto a su viejo camarada de bares y canciones Joaquín Sabina. ¡Qué mejor manera de retomar el blog después de diez días practicando ese deporte tan "marca Krahe" como es la vagancia.

Tan sólo un año ha pasado del último disco del maestro Krahe, lo que indica que tal vez, después de aquel disco homenaje que le brindó un buen puñado de amigos y compañeros, ha decidido sacudirse ligeramente la pereza -sólo ligeramente- y emplearse más a fondo en ese arte que tan bien dómina de la composición poético-sarcástico-corrosiva.

Estas 'Querencias y extravíos', como aquellas 'Cábalas y cicatrices' de 2002, son un puñado de nuevas canciones, once en total, que el veterano cantautor ha decidido registrar en directo, esta vez en el Café España de Valladolid. Una vez más le acompañan sus habituales -e imprescindibles- Javier López de Guereña (guitarra), Fernando Anguita (contrabajo), Andreas Prittwitz (clarinete y flauta) y Jimmy Ríos (percusiones).

También coincide con aquel disco de hace cinco años en el tono de las composiciones, mucho más narrativas y reflexivas, en general, que las que daban forma al más reciente 'Cinturón negro de karaoke', marcado por un humor más directo. En su línea habitual, Krahe viste sus mimados textos con diversos géneros musicales, aunque para los mitómanos tendrá un atractivo especial ese ‘Conmigo y sin mí’, por aquello de la querencia sabiniana.

Pero este trabajo de Krahe no es sólo música. El disco va acompañado de un libro, 'Charlas con un vago burlón' que recoge una conversación del cantante con la periodista Paloma Leiva, una larga entrevista en la que Krahe va repasando, con su mordacidad habitual, cada etapa y aspecto de su vida personal y privada.

El disco requiere, como de costumbre, un par de atentas escuchas para ser valorado como merece; para el libro, por el contrario, sólo hace falta cierta privacidad para poder reírse a gusto.

Descubrir o redescubrir a Javier Krahe siempre es un acto muy recomendable, ya sea por la buena salud de nuestro sentido del humor, de nuestro sentido de la crítica o por constatar que el diccionario de la RAE se esconde algunas palabrejas que no están del todo mal...

Aquí tenéis una entrevista en La 2 presentando este nuevo trabajo.

Pellizcos musicales: 'In the news'


Una nueva canción que produce escalofríos. Pertenece al último álbum de Kris Kristofferson (escucharéis algunas más de él por aquí, seguro), el genial ‘This old road’. Es una inquietante lectura de un informativo de televisión cualquiera, ya sea la CNN o cualquier cadena española. La canción empieza por un horrible crimen anónimo para llegar a la guerra de Irak. Básicamente viene a lamentar que ya estemos tan acostumbrados a ver todo ese horror en televisión que apenas nos duela. Hombre religioso, Kris incluso plantea lo que Dios debe pensar a la vista de la situación. ‘In the news’ (‘En las noticias’):

Leí sobre la triste forma en que se deshizo de la hija de alguien / encadenándola a algo pesado y arrojándola al agua. / Y ella se hundió en la oscuridad con su bebé en su interior. / Un pequeño pedazo de verdad y belleza murieron.

Quemando la atmósfera y talando árboles. / El bombardeo del billón de dólares a una nación arrodillada. / A cualquiera que no marche según su melodía lo llaman traición. / Cada cual dice que Dios está de su lado.

Mira el resplandor. / Escucha los llantos / de los heridos en un mundo en guerra santa. / El trueno mortal desde los cielos / matando todo aquello por lo que dicen que están luchando.

Niños destrozados. / Hogares destruidos. / Gente con el corazón roto muriendo cada día. / ¿Cómo ocurrió esto? / ¿Qué fue mal? / No culpemos a Dios / Juro a Dios que Le oí decir:

“No en mi nombre. / No en mi tierra. / No quiero más que el fin de la guerra. / No más muertes / o esto se acaba / y el misterio ya no importará”.

Soñadores destrozados. / Reglas rotas. / Gente con el corazón roto como tú y yo. / Somos hijos de las estrellas. / No culpemos a Dios / Juro a Dios que Le oí decir:

“No en mi nombre. / No en mi tierra. / No quiero más que el fin de la guerra. / No más muertes / o esto se acaba / y el misterio ya no importará”.


PD: Espero que esta canción siga seduciendo al amigo Teo…

Pellizcos musicales: 'Seven spanish angels'

Esto de escribir un post diario no es tan fácil como parece (vaya por delante mi aplauso para los que lo consiguen), no ya por encontrar el tiempo para hacerlo sino ante todo por saber sobre qué escribir.

A falta de temas, se me ha ocurrido aprovechar los días “en blanco” para mi cruzada particular por las canciones “perdidas”, esos temas que, con una melodía más o menos atractiva, esconden una historia increíblemente emocionante que suele perderse por el problema de la barrera del idioma o, sencillamente, por el éxito logrado por el común de la música actual al acostumbrar al aficionado a oír, pero no escuchar. Con eso, claro, se ahorran el problema de tener que escribir buenas letras. Pero en fin, ésa es otra cuestión.

Escuchar una canción sin entender la letra supone apreciar tan sólo el cincuenta por ciento (a veces menos) de la obra. Claro que para entender esto primero hay que aceptar que una canción es una obra de arte (buena o mala). Pero ése es también otro tema...

Para hoy, Willie Nelson y Ray Charles, dos grandes del country y el soul (Habría que preguntarse cuál es cuál, dado que ambos lograron notables creaciones en los dos registros), poniendo voz al tema Seven Spanish Harlem.

Escrito por Eddie Setser y Troy Seals, la canción narra la lucha de dos enamorados, presumiblemente mexicanos que han cruzado la frontera de manera ilegal, por mantener su libertad. El final se antoja dramático, y siete ángeles hispanos velan por ellos...

Él miró sus ojos azules y dijo: / “reza una oración por mí” / Ella le abrazo y susurró: / “Dios nos mantendrá libres”. / Podían escuchar acercarse a la patrulla, y él dijo: / “Ésta es mi lucha final. / Si me llevan con ellos a Texas / no me dejarán salir con vida”.

Había siete ángeles hispanos / en el altar del Sol. / Rezaban por los amantes en el Valle de las Armas. / Cuando la batalla se detuvo y el humo se aclaró, / hubo un trueno desde el trono, / y siete ángeles hispanos / llevaron otro ángel a casa.

Ella buscó y cogió el arma, / aún humeante en su mano. / Dijo: “Padre, perdóname, / no puedo seguir sin el hombre al que amo”. / Sabía que el arma estaba descargada. / Sabía que no podía ganar / Pero su última plegaria fue escuchada, / y los rifles dispararon una vez más.

Había siete ángeles hispanos / en el altar del Sol. / Rezaban por los amantes en el Valle de las Armas. / Cuando la batalla se detuvo y el humo se aclaró, / hubo un trueno desde el trono, / y siete ángeles hispanos / llevaron otro ángel a casa.