En nuestro país la participación de los jóvenes en la política es muy baja y cada vez menos
jóvenes se interesan en ella y esto se ve demostrado en que cada año menos jóvenes se
inscriben en el registro electoral, en que la baja participación en las recientes elecciones
municipales y no parece posible que vayan a participar en las elecciones presidenciales y en
las parlamentarias del próximo año.
*El porcentaje de jóvenes inscritos para sufragar en el plebiscito de 1988 alcanzó los treinta y seis puntos; en cambio, en los recién trascurridos comicios sólo un 8 por ciento de los mayores de 18 años estuvo en condiciones de votar. Eso significa que más de 3 millones de personas jóvenes son ajenas, en términos de participación, a los resultados municipales conocidos.
*Al respecto, cabe una hipótesis sobre este tema : el desinterés de los chilenos que han traspasado la barrera de los 18 años por participar en los temas de Estado parece estar hablando de ciertos logros concretos de la Concertación. En 1988, de lo que se trataba era del ingente desafío de erradicar una dictadura; en 2008, sólo de elegir alcaldes y concejales. Si se analizan los guarismos estadísticos sucesivos entre 1988 y la actualidad, se cae en la cuenta de que el interés de los jóvenes por participar en la generación de representantes es sostenidamente decreciente.
*"El desinterés juvenil se hace cada vez mayor, excepto si se enfrenta una conmoción política que afecte a los jóvenes".
*Basándonos en la frase anterior, el que hacer político no tiene sentido para las personas jóvenes, ya que muchas de sus necesidades y expectativas están suficientemente cubiertas por el modelo económico imperante, que les ofrece la siempre atrayente posibilidad del éxito. Pero la palabra ‘éxito’ parece bastante polisémica o equívoca: en rigor, significa la salida de un determinado problema.
*En el caso que estamos analizando, el éxito sólo tiene que ver con la posibilidad de lograr una inserción en la sociedad o en algún determinado grupo social. Los jóvenes saben lo que quieren pero no son escuchados. Les interesa saber ocupar su tiempo libre y, al no conseguirlo, se hunden en la apatía.
