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Carta abierta de la Alianza Social Continental a los presidentes de UNASUR

CARTA ABIERTA DE LA ASC A LOS PRESIDENTES DE UNASUR
ACERCA DE LAS BASES MILITARES EN COLOMBIA


Enviamos a continuación la carta entregada por la ASC a los presidentes de UNASUR, acerca de las bases militares de EE.UU. en Colombia.

Carta abierta de la Alianza Social Continental a los presidentes de UNASUR


LUIZ INACIO LULA DA SILVA
Presidente de la Republica de Brasil
RAFAEL CORREA
Presidente de la Republica de Ecuador
HUGO RAFAEL CHAVEZ FRIAS
Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela
MICHEL BACHELET
Presidenta de la Republica de Chile
CRISTINA KIRCHNER
Presidenta de la Republica de Argentina
EVO MORALES
Presidente de la Republica de Bolivia
TABARE VASQUEZ
República de Uruguay
FERNANDO LUGO
Presidente de la Republica de Paraguay
ALAN GARCIA
Presidente de la República de Perú.
BHARRAT JAGDEO
República de Guayana
RONALD VENETIAAN
República de Suriname

Nos dirigimos a ustedes para manifestarles nuestras inquietudes sobre los acontecimientos recientes que en nuestra opinión afectan la estabilidad del continente y las perspectivas de integración materializadas en procesos como el de UNASUR.

El gobierno de Uribe Vélez de Colombia anunció recientemente la decisión de otorgar a las tropas de EE UU, el permiso de operación sobre 7 bases militares en el territorio nacional, en un acuerdo que permitiría cualquier clase de operaciones en el interior y exterior del país. Esto significa, junto con el despliegue de la IV flota, el incremento de la presencia militar de Estados Unidos en una región estratégica desde la cual se pueden lanzar operaciones sobre todo el continente. Colombia al signar este acuerdo dará inmunidad a los militares y contratistas estadounidenses, con lo cual se les garantiza la impunidad y se los coloca por fuera de los controles judiciales nacionales e internacionales. Al mismo tiempo el uso de las bases significan una intervención en los asuntos internos de Colombia y una amenaza contra los procesos democráticos en toda la región. Por ejemplo la presencia de la base militar Soto Cano en Honduras ha sido utilizada por los golpistas de ese país para demostrar el apoyo estadounidense al golpe militar.

Esta utilización, que da amplias facilidades al ejército estadounidenes se constituye en una interferencia en los procesos de integración, un estímulo a las corrientes que quieren desestabilizar los procesos democráticos y una fuente de conflictos en una región que ha hecho avances en el logro de su autonomía y en la búsqueda de caminos propios para su desarrollo. Las declaraciones en Brasil del asesor de seguridad de la Casa Blanca de que “nuestra misión es ayudar en el entrenamiento de sus fuerzas de frontera” y sobre que el gobierno de Venezuela no hizo mucho para combatir la presencia de las FARC en dicho país, demuestran el propósito de Estados Unidos de terciar en las diferencias y contradicciones entre los países de la región.

La presencia de estas bases se ha justificado con el pretexto de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, pero en realidad representan una pieza del dispositivo militar global de Estados Unidos y patrocinan un enfoque militar y unilateral de estos problemas, impidiendo el tratamiento social, político, autónomo y multilateral de tales problemas. Enfoques, que con el Plan Colombia y la Iniciativa Merida, han demostrado su ineficacia y su alto potencial de desestabilización regional y cuya aplicación en Colombia y en las zonas fronterizas ha contribuido a agravar la crisis humanitaria, ambiental y social de vastas regiones. Estas bases, junto con los Tratados de Libre Comercio, se constituyen en nuevos obstáculos para avanzar en la integración sudamericana tan apreciada por los pueblos de la región.

El planteamiento del gobierno de Uribe sobre que Unasur no tiene competencia para analizar este problema, no es más que otro esfuerzo de ese gobierno de sabotear cualquier esfuerzo de integración latinoamericano y facilitar la interferencia de Estados Unidos en los procesos de la región. Por el contrario, consideramos que la próxima reunión de Unasur, debe pronunciarse al respecto, rechazar la instalación de estas y cualquier base militar en Suramérica, condenar la interferencia en los asuntos de la integración regional y avanzar en la búsqueda de soluciones políticas a través del dialogo de los diferentes asuntos de controversia entre los países dentro del espíritu de convivencia pacífica, ayuda mutua y respeto a la soberanía, la cual se vulnera al entregar el territorio Colombiano a las operaciones militares estadounidenses y no con la discusión fraternal en el seno de Unasur.

Igualmente les solicitamos, recibir a una delegación de los movimientos sociales del continente para expresarles estas inquietudes y permitir que el proceso de construcción de Unasur, cuente con las opiniones de los mismos.


Alianza Social Continental
Enrique Daza
Secretario

La Gira Muda

Caricatura de Matador


La soberana gana

Revista Semana
Por Antonio Caballero


OPINIÓN.Cuando quisieron salir de Noriega, lo definieron como narcotraficante. Y para capturarlo bombardearon panamá desde la base de Howard

Sábado 8 Agosto 2009

La tesis del gobierno es que la soberanía consiste en entregar la soberanía. Y sí, bueno: paradójicamente, esa entrega constituye un acto soberano. Para ceder algo, es necesario tenerlo. En la Roma antigua, y también en los Estados Unidos de los tiempos de la colonización del salvaje Oeste, se daba con frecuencia el caso de hombres libres que se vendían a un rico en calidad de esclavos por un período determinado, y a veces de por vida. La esclavitud voluntaria no es un estado particularmente decoroso, pero en fin: cada cual pone su honra donde le cabe.

Ahora bien: esas cosas hay que explicarlas. El de las bases norteamericanas en territorio colombiano no es "un acuerdo transparente", como lo llama el general Freddy Padilla, comandante de las Fuerzas Militares. Tan no lo es, que el presidente Álvaro Uribe tuvo que emprender una atropellada gira por siete países amigos para explicárselo en persona a sus presidentes en reuniones a puerta cerrada, no quiso, en cambio, dar esas mismas explicaciones en público, como se lo pedían los presidentes de Brasil y Chile en la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se reúne en estos días, en Quito. Pero donde hay que dar explicaciones no es ni en Unasur públicamente, ni en privado en Lima o en Asunción, sino aquí.

Ese acuerdo, que el general llama "transparente" a pesar de que es secreto, hay que explicárselo a los ciudadanos colombianos, y no a los mandatarios extranjeros. Y en primer lugar a sus representantes en el Congreso de la República, tal como lo dispone la Constitución, ese pobre papel con el cual limpian periódicamente las vergüenzas el presidente Uribe y sus áulicos. Sin duda el Congreso, que es uribista y arrodillado, aprobaría la cesión de la soberanía si se lo preguntaran. Pero darlo por sentado desdeñosamente de antemano equivale a señalar la inutilidad del Congreso, reducido al papel de pagar sueldo a los congresistas para que rubriquen las iniciativas del Presidente: de ahí a cerrarlo no hay un paso (y el cierre constituiría un importante ahorro para la vena rota del gasto público). Como sólo es un paso el que lleva a nombrar por decreto Fiscal y Procurador desde el engorroso método actual de presentarles a las cortes ternas impresentables. Y un paso es el que lleva a clausurar también las cortes, en vez de tener que recurrir al fastidioso recurso de no acatar sus fallos .

Serían pequeños pasos que, sin duda, la opinión uribista aplaudiría con los ojos cerrados (y la boca también: es "mayoría silenciosa"). ¿Y por qué no dar otro más, y cerrar también la prensa? Así se evitaría la costosa extravagancia de hacer giras de explicación "mudas", como han dado en llamar a las que excluyen las declaraciones públicas. Porque ¿cómo hacer declaraciones públicas sobre tratados secretos?

Tan secreto es este que ni siquiera lo conoce el Congreso de la contraparte, el de los Estados Unidos. O, al menos, no se sabe que lo conozca. Ni lo conocía el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, a no ser que estuviera mintiendo deliberadamente cuando aseguraba hace un año que no habría bases. Y por lo visto no lo conoce tampoco el nuevo ministro, a quien ni siquiera invitaron a la Conferencia de Seguridad de Suramérica convocada en Cartagena, al alimón, por las Fuerzas Militares de Colombia y el Comando Sur de los Estados Unidos. (De este comando viene la palabra "Sur" del título de la conferencia, que en inglés se llama "SouthSec").

Fue allí, en los salones del Santa Clara Luxury Hotel, donde el general Padilla The Lionheart filtró la información reservada de que las bases para uso de los norteamericanos en Colombia ya están entregadas y no van a ser ni tres ni cinco, como se había hecho creer en un principio, sino siete: dos navales, dos terrestres y tres aéreas. Y añadió sibilinamente que "nadie distinto a los terroristas y a los narcotraficantes debe temer por este acuerdo".

Pero ¿y quién define quién es un "terrorista" y quién es un "narcotraficante"? Los Estados Unidos. ¿Y cómo? Pues como les dé la soberana gana, de acuerdo con lo que les dicte su interés. Sobran los ejemplos. Para poner uno geográficamente cercano: cuando quisieron desembarazarse del general panameño Noriega, que se había vuelto incómodo para ellos después de haberles prestado durante años invaluables servicios a sueldo de la CIA, lo definieron de pronto como narcotraficante. Y para capturarlo bombardearon la ciudad de Panamá desde la base Howard que entonces manejaban, amistosamente por supuesto, en su territorio. Por eso tienen razón en sus temores los Presidentes de Venezuela y Ecuador: su vecindad con las bases norteamericanas en Colombia los pone a tiro. Y tienen razón también los de Brasil y Uruguay y Bolivia y Paraguay y la Argentina y Chile: todos esos países padecieron feroces dictaduras impuestas y respaldadas por los Estados Unidos. Saben por experiencia -que lo diga la presidenta chilena Michelle Bachelet, torturada en las cárceles de Pinochet- que los amigos norteamericanos no son de fiar.

Y a lo mejor tiene también razón, desde su propio punto de vista, el presidente Uribe: con la cesión de las bases militares quiere comprar su respaldo. Así hizo Franco en España. Y gracias a eso murió cuarenta años después tal como quiere Uribe: en su cama, y en palacio.

"Rechazo presencia de militares norteamericanos en Colombia"
El precandidato Carlos Gaviria, del Polo Democrático, dijo que rechaza la presencia militar de Estados Unidos en Colombia y que le parece que el debate sobre el tema debió hacerse en Unasur y no país por país.
08/05/2009

Camino de la incertidumbre

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La sensación que se vive en Colombia es que los temas de la agenda nacional ya no son los de la amenaza del paramilitarismo y las Farc, sino que estos se han convertido simplemente en el instrumento de política externa e interna, para el desarrollo de hechos mucho más complejos que nadie sabe hacia dónde pueden conducirnos.

El primero es el de las relaciones con Estados Unidos e Israel, por una parte y, Ecuador y Venezuela, por la otra. Es una réplica, en pequeño, de la Guerra Fría que se vivió hasta la caída del Muro de Berlín, cuando el mundo evolucionó del bipolarismo que alineó al mundo, entre el socialismo liderado por la Unión Soviética y, el capitalismo, por Estados Unidos.

Colombia ha ingresado de lleno al espacio de la confrontación, que no de la conciliación, con el acuerdo de permitir la utilización de las bases militares por parte de los norteamericanos, lo que es percibido por otros países de la región con gobiernos de izquierda, como el preludio de una agresión militar.

Para justificar este hecho, se desarrolla una guerra mediática para presentar a Venezuela y Ecuador como apéndices de las debilitadas Farc, a partir de hechos aislados y que se pretenden mostrar como parte de las políticas de Estado de esos países.

No podemos olvidar que Venezuela y, en menor medida, Ecuador, tienen un potencial petrolífero muy importante en la región y son estratégicos para la política energética norteamericana. Ahora surge un nuevo actor, a partir de la visita que realizará por primera vez en treinta años a nuestros países el Canciller de Israel, para tratar de equilibrar las relaciones en aumento de Brasil y Venezuela con su 'archienemigo' el Gobierno de Irán.

El segundo, es consecuencia del anterior y tiene una profunda influencia sobre la política interna nacional, ya no se trata tan solo de la 'Seguridad Democrática' de Colombia, sino de la 'seguridad regional' suramericana. Uribe y su Gobierno pretenden convertirse en el adalid en esta parte del mundo de la política, como parte de un 'círculo virtuoso' en la lucha contra el 'terrorismo'. Se juega al nacionalismo y a crear un 'Estado de Opinión' que haga inevitable su continuidad en el poder.

Frente a esta geopolítica, los diferentes actores nacionales se convierten en marionetas: los actores económicos ven deteriorar su situación, impotentes frente a las relaciones con los países vecinos, inquietudes que serían mitigadas con la aprobación del Tratado de Libre Comercio por intereses estratégicos de Estados Unidos.

Los actores políticos con multitud de candidatos y 'candidotes', ya no saben ni siquiera qué hablar o qué decir. Se quedan sin discurso y deberán limitarse a los nuevos temas de la agenda y, los actores sociales sin organizaciones fortalecidas, poco aportan a la discusión nacional. Los intelectuales, condenados a la misantropía: hablan, pero nadie los escucha.

¿Cuándo nos metimos en tamaño embrollo de una tramoya regional donde somos actores de reparto movidos por los hilos de una geopolítica de inmensos intereses? Mientras tanto, el 'gringo ahí', promoviendo los conflictos entre pueblos hermanos, simplemente para mantener estables sus intereses en la región. Yo no sé si es el camino a la locura. Por mi parte, debo confesarlo, llevo un semestre hablando solo.

Germán Umaña Mendoza

Desprecio por la ley

Opinión| 18 Jul 2009 - 1:27 am

Ramiro Bejarano Guzmán

Notas de Buhardilla

Por: Ramiro Bejarano Guzmán
NADA DE LO QUE HACE ESTE GOBIERno corrupto, mafioso y perseguidor, se apega a la ley. Siempre hay un camino del atajo, para que lo impresentable parezca normal, o para que se vean decentes quienes no lo son.

El más reciente ejemplo tiene que ver con las bases militares en Colombia, episodio que el Gobierno pudiendo haber manejado sin suscitar molestias, lo convirtió en un enredo. Nadie se opone a la cooperación americana en la lucha contra el narcotráfico, pero resulta que nuestra Constitución, en los artículos 173 y 237, tiene definido que el tránsito de tropas extranjeras en nuestro territorio tiene que ser autorizado por el Senado y además consultado con el Consejo de Estado.

Tuvo que protestarle al Gobierno el presidente del Consejo de Estado, Rafael Ostau de Lafont, para que los ministros del Interior y de Relaciones Exteriores salieran precipitadamente a decir que sí lo consultarían, antes de concluir el acuerdo sobre presencia militar gringa en tres bases criollas. Pero como primero cae un mentiroso que un cojo, se les olvidó a los ministros que llevan muchos días diciéndonos que ya estaba concluido el acuerdo con los Estados Unidos, de manera que lo que hicieron fue avanzar en esos trámites sin haber oído al Consejo de Estado, ni haber solicitado la autorización del Senado. Cuando se sintieron cogidos, acataron a medias la ley.

Y claro, a un Procurador cómplice, como Alejandro Ordóñez, le importa un pito que se violen normas constitucionales.

El mismo desdén del Gobierno por el derecho se da con su empeño en sacar adelante el referendo reeleccionista, cuyos promotores siguen gozando de impunidad a pesar de los graves delitos de que están acusados.

La última que se ha inventado el Gobierno es el disparate que ha propalado el jefe del transfuguismo político, Rodrigo Rivera, según el cual, los parlamentarios podrían votar el irregular referendo sin verse expuestos a una acusación penal, si lo hacen por orden de las bancadas de cada partido. Es decir, que todos delincan para que no se note, y además por cuenta de los partidos, que no son sujetos de responsabilidad penal.

Y el tema de la elección de Fiscal, salpicado de múltiples dudas, parece no importarle al Gobierno. Cuando esperábamos un comunicado de la Presidencia en el que supuestamente se pronunciaría sobre todos los sucesos que han rodeado este accidentado nombramiento, en vez de una explicación sensata divulgaron un listado de sentencias supuestamente proferidas por uno de los candidatos, sin aclarar que el 90% de esos fallos fueron proyectados por otros funcionarios. Sobre las acusaciones y reparos a los aspirantes, ni pío.

A propósito, es obvio que el doctor Juan Ángel Palacio, acusado por un magistrado auxiliar, tiene derecho a la defensa, pero sobre todo a una que convenza, pues asunto tan grave no puede enterrarse con una decisión tan endeble como la que profirió la Fiscalía, además sin su presencia y la del denunciante.

Lo que sí no puede ocurrir es que el valeroso y recto magistrado auxiliar del Consejo de Estado Hugo Marín termine siendo el chivo expiatorio de este espinoso cuento. Conozco de vista, trato y comunicación a Marín, desde los salones del Externado, donde fue mi discípulo —por cierto destacado—, luego mi subalterno cuando ejercí responsabilidades públicas, después he sido testigo de su rectitud y dedicación en la rama judicial. Si hubiere muchos Marín en la justicia, otra sería la historia.

~~~

Adenda. ¿Quiénes de los ambientalistas a ultranza que hoy se rasgan furiosos las vestiduras por el fusilamiento de los hipopótamos, protestaron por los “falsos positivos”?

notasdebuhardilla@hotmail.com

  • Ramiro Bejarano Guzmán

Julio y Uribe

Opinión| 17 Jul 2009 - 10:08 pm

Álvaro Camacho Guizado

Julio y Uribe

Por: Álvaro Camacho Guizado
EN LO QUE VA CORRIDO DE ESTE MES se han presentado diferentes sucesos que deben tener preocupado al presidente Uribe.

En algunos no porque sienta que ha actuado mal, sino porque con ellos se ha dibujado un panorama del país que contradicen lo que él ha expresado como su ideal de “patria”.

En primer lugar, se ha producido un nuevo “falso positivo”. No se trata esta vez de matar jóvenes inocentes para hacerlos pasar por subversivos. No, ahora se trata de dar la orden de matar a un hipopótamo, también inocente, porque los responsables del Ministerio del Medio Ambiente no sabían qué hacer con él. Se pretendió obviar el problema con una solución bárbara, que se disfrazó de un acto de protección a unos campesinos que se quejaron de que el animal había matado unas vacas, pero que no querían que se matara a ‘Pepe’, como lo habían bautizado en un acto que refleja cierta compasión.

En segundo, la terna enviada a la Corte para la elección del Fiscal General. Según expertos juristas, ninguno de los tres candidatos cuenta con mérito. Uno de ellos ha sido denunciado por ejercer tráfico de influencias; otro por haber auspiciado la práctica de los “falsos positivos”, y la tercera por su falta de experiencia en el poder judicial y por mostrar como méritos que fue asesora del presidente cuando era gobernador de Antioquia y ser asesora del Ministro de Transporte. Su selección por parte del Presidente mostró que es más importante tener amigos que jueces en el poder judicial.

El tercero, el anuncio de que el mandatario ofrece al gobierno de Estados Unidos tres bases aéreas, y le ofrece otras dos como ñapa, muestra que los esfuerzos para congraciarse con Obama y lograr que el Congreso de ese país conceda el TLC no encuentran límites en la dignidad y la soberanía.

Ni en la lógica: si el presidente insiste en que el gobierno va ganando la guerra contra las Farc, y que el narcotráfico se ha reducido (así lo informó el ex ministro Santos), no se ve por qué se necesitan bases militares estadounidenses. No importa tampoco que la decisión no sea consultada con el Congreso de la República, ni con la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. Basta que sea una decisión presidencial. Y punto.

Cuando en América Latina se respiran ciertos aires de independencia y alguna altivez frente a los Estados Unidos, Uribe se ubica en el viejo modelo de subordinación a la potencia, lo que sin duda obstaculizará las relaciones con los demás gobiernos de la región. Eso de tratar de establecer un rotundo contraste con el presidente de Ecuador puede servir para satisfacer el fanatismo de los enemigos de Chávez, Correa y Evo, pero no nos acerca a otros presidentes más sensatos. Al contrario, menos confiarán en Uribe como aliado.

Estos hechos del mes no se pueden utilizar para criticar a Uribe porque no ha cumplido con su programa original de 2002, el Manifiesto Democrático de los Cien Puntos. Cualquiera que lo lea se da cuenta de que en él el candidato no se compromete de manera explícita con la protección del medio ambiente (lo que incluye no matar animales inocentes); tampoco se la juega por la independencia de la Rama Judicial (sólo promete más celeridad en la aplicación de la justicia). Y menos en la garantía de gobernar un país soberano, con una política exterior independiente y digna.

  • Álvaro Camacho Guizado

EN LA IV RONDA DEL TLC CON LA UNIÓN EUROPEA DECIMOS: ¡NO MÁS CARABELAS!


Bogotá, junio de 2009

A casi dos siglos de celebrar la independencia de Colombia, el país afronta una nueva pérdida de su soberanía y graves amenazas a su existencia como nación.

Desde septiembre de 2007, y sin la participación de la población, el Gobierno negocia con la Unión Europea un Tratado de Libre Comercio, cuya cuarta ronda se celebra en Bogotá este mes y pretende estar firmado antes de finalizar el 2009. Este acuerdo colmará de beneficios y garantías a las empresas del viejo continente, particularmente a las españolas. El resultado será un mayor recorte de los derechos a trabajadores, empresarios, campesinos y ciudadanos en general. Todas las acciones que adelanta el Gobierno se orientan a privilegiar a las empresas transnacionales, mientras se aumenta el sufrimiento, las condiciones de vida son cada vez más difíciles y el trabajo cada vez más precario para los colombianos

Con el credo neoliberal de Exportar o Morir, Se condenó a la economía y a la sociedad a una situación colonial, impidiendo que la mayoría de colombianos y colombianas tengan acceso a la educación de calidad, salud gratuita, vivienda digna, servicios sanitarios, empleo estable y bien remunerado, y se profundiza el saqueo de los recursos naturales.

COLOMBIA: País con riquezas pero la mayoría de su población en la pobreza

A partir de 1990 los gobiernos colombianos impusieron una política económica que eliminó todos los mecanismos de protección a la producción agraria e industrial y deterioró las condiciones laborales, siendo el Gobierno de Álvaro Uribe el que ha llevado a su máximo desarrollo estas políticas, con la cual se han beneficiado solo unos pocos grupos económicos, mientras a las mayorías les ha ido muy mal.

En el país hay más de 22 millones de personas que viven en condiciones de pobreza, es decir la mitad de la población. Colombia es una de las naciones más desiguales del mundo, en la cual el 10% de la población más pobre tiene ingresos 64 veces inferiores al 10% más rico. Más de la mitad de quienes tienen algún ingreso lo consiguen en el sector informal, La deserción universitaria por cuestiones económicas y sociales es del ¡48%!, y mientras esto ocurre, el capital financiero especulativo obtiene inmensas utilidades y el gobierno, se preocupa solamente por asegurar las ganancias de los grandes conglomerados.

TLC CON EUROPA ES NEGOCIADO POR MULTINACIONALES

El Gobierno dice que el Tratado es un instrumento mediante el cual Colombia y la Unión Europea multiplicarán su comercio e inversión. Sin embargo, no considera que la economía colombiana es significativamente menor que la europea, además con baja industrialización, poco desarrollo agrícola y casi nulo avance científico y tecnológico.

El objetivo del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y la Unión Europea es consolidar y ampliar el control que ya poseen las multinacionales europeas sobre áreas vitales de la economía nacional, como el agua, la energía, las telecomunicaciones, el sistema bancario, los medicamentos y los recursos mineros, con la complicidad del gobierno colombiano, a través de empresas como Unión Fenosa, Aguas de Barcelona, Telefónica, BBVA, Banco Santander, Repsol YPF, BHP Billiton, Anglo Gold Ashanti, Endesa, entre otras.

Estas compañías, han estado involucradas en los peores hechos de corrupción contra el patrimonio de los colombianos, como la construcción de la represa de El Guavio, el Metro de Medellín, la privatización de Telecom y el saqueo del ferroníquel, el carbón y el oro, solo para mencionar algunos casos.

¿CÓMO NOS AFECTA?

La Unión Europea pretende aumentar la duración de las patentes que generan exclusividad en la producción de medicamentos. Los mayores costos que los colombianos tendrán que pagar por sus medicinas, si se aprueba este TLC, ha sido calculado en más de 380 millones de dólares al año. Bajo este Tratado se le otorgan más derechos a las empresas que a los ciudadanos, cambiando -además- la legislación nacional para adecuarla a las necesidades corporativas, como de hecho viene ocurriendo con las exenciones tributarias, las Zonas Francas Especiales y los contratos de estabilidad jurídica. Un TLC con la Unión Europea hará irreversible esta política.

A los campesinos y productores agrícolas colombianos se les imponen medidas sanitarias europeas imposibles de cumplir dadas las condiciones del país, obligándolos a declinar frente a los poderosos productores europeos, quienes son subsidiados por su Estado en más de 154 BILLONES de pesos al año, ¡63 veces más que en Colombia! Con estos subsidios y las medidas sanitarias y fitosanitarias que desde Europa se pretenden imponer, se terminará de arruinar la producción agrícola que aún subsiste en el país.

Las mujeres se verán seriamente afectadas si se firma este TLC con la UE, pues empeorarán las condiciones de trabajo en áreas de la economía con predominante participación femenina y -además- habrá menos oportunidades para solucionar las necesidades de cuidado de las familias. Uno de los temas más preocupantes es el de la precariedad laboral, puesto que en 2008 solamente 38 de cada 100 mujeres en edad de trabajar tenían empleo. Estas cifras contrastan con el 68% de la Población Económicamente Inactiva, que en general están dedicadas a trabajos del hogar.

El 85% de los productos que le vende Colombia a Europa son carbón, ferroníquel, café, banano y petróleo. Y serán los mismos que le venderemos si se firma un TLC, porque lo que compra la UE al mundo son equipos eléctricos, vehículos, aviones y productos químicos, que no se producen en Colombia. La política del gobierno es exportar recursos naturales y materias primas, no bienes industriales, puesto que no existe ninguna política de fomento al desarrollo industrial.

El TLC con la UE tiene como objetivo que las transnacionales europeas tengan plena libertad de venir a nuestro territorio a llevarse los recursos naturales, mancillando los derechos de comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas, y desplazándolas a los cordones de miseria e inseguridad de las ciudades, sin ninguna posibilidad de llevar una vida digna. Las permanentes violaciones a los derechos humanos, la miseria y la falta de oportunidades en Colombia son un escándalo internacional, son inocultables y revelan la naturaleza autoritaria y antidemocrática de quienes persisten, como el gobierno, en profundizar el neoliberalismo a través de TLC que benefician exclusivamente a las multinacionales extranjeras.

Pero mientras todo esto ocurre, la Unión Europea aprobó la “Directiva de Retorno” que persigue, judicializa y encarcela a los inmigrantes que llegan a este territorio en búsqueda de una oportunidad económica que sus países empobrecidos por el saqueo no les pudo brindar. Es decir, libre movilidad de las mercancías y los capitales, y represión y xenofobia para los seres humanos.

ENTONCES… ¿QUÉ HACER?

Denunciar que la principal causa de la pobreza y el atraso de Colombia tiene su origen en el modelo económico neoliberal que concentró la riqueza en unos pocos y eliminó los derechos sociales, políticos, económicos, culturales y ambientales. Alertar a la población colombiana y a la comunidad internacional sobre el accionar de las multinacionales europeas en el país, que atentan contra la estabilidad laboral, la producción de alimentos, el medio ambiente y las riquezas naturales y energéticas.

Ante esta situación, la única salida es promover la más amplia unidad de todos los sectores democráticos del país para oponernos a que se continúe negociando y se firme este Tratado de Libre Comercio con Europa, y toda la política económica de la “Confianza Inversionista”.

La movilización social ha probado su efectividad, como lo demuestran las valientes acciones de los corteros de caña, la minga indígena, los trabajadores del carbón, el ferroníquel, el banano, los camioneros, profesores y trabajadores judiciales, quienes alientan las luchas que hoy tienen congelado el TLC con Estados Unidos, Canadá y Noruega, y que mantiene en el ‘ojo del huracán’ al gobierno de Uribe Vélez en todos los países sensibles ante las violaciones de los derechos humanos.

POR UNA VIDA DIGNA Y LA DEFENSA DE LOS DERECHOS ECONOMICOS SOCIALES Y CULTURALES

¡NO A LA FIRMA DEL TLC CON LA UNION EUROPEA!

Red Colombiana de Acción Frente al Libre Comercio - RECALCA
Campaña comercio con justicia; mis derechos no se negocian
Central Unitaria de Trabajadores - CUT
Gran Coalición Democrática
Federación Colombiana de Educadores - FECODE
Confederación General del Trabajo - CGT
Organización Colombiana de Estudiantes - OCE
Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria
Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC
Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca - ACIN
Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas - CNOA

* Recalca congrega a 50 de las organizaciones sociales y sindicales más importantes del país, para coordinar las estrategias de educación, divulgación y movilización frente a los Tratados de Libre Comercio que impulsa el gobierno nacional.

¡CINCO AÑOS SIN TLC! EN 2009 TAMPOCO HABRÁ TLC CON ESTADOS UNIDOS

RECALCA, Bogotá, junio 5 de 2009

El mes pasado se cumplieron 5 años desde que el gobierno de Uribe Vélez inició las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que ansiaban tener listo en un año. Hoy los colombianos tienen suficientes razones para festejar que, a pesar de los colosales esfuerzos por entregar la soberanía nacional, el Congreso estadounidense persiste en su decisión de negarse a aprobarle un acuerdo al cuestionado gobierno colombiano.

Los medios de comunicación hicieron eco de las noticias fabricadas con el deseo en la Casa de Nariño, que lleva dos años cantando victoria por la ratificación del TLC. Hoy se sabe que el acuerdo seguirá en el congelador, por lo menos en lo que resta de 2009, porque a Obama “se le enfrío el entusiasmo”, según Portafolio, para fortuna de las mayorías de colombianos, productores del campo y la ciudad, trabajadores, comunidades indígenas y afrodescendientes.

A continuación mostramos algunos de esos titulares, desde mediados de 2007, cuando comenzó el ‘via crucis’ de Uribe en el congreso estadounidense:

· TLC: ahora sí le falta un paso en el Congreso. Portafolio, 29 junio 2007.

· Última ofensiva para que el TLC no se aplace para el 2009 inician hoy Colombia y E.U. Portafolio, Octubre 31 2007.

· Al Tratado de Libre Comercio le faltan 15 votos para ser aprobado en Congreso de E.U. El Tiempo, 15 noviembre 2007.

· A la ’Opción nuclear’ apelaría el gobierno de Bush para sacar adelante el TLC con Colombia. El Tiempo, 13 enero 2008.

· “El TLC con Colombia es factible” Sam Farr. El Tiempo, 12 enero 2008.

· Solo 20 días le quedan al Tratado de Libre Comercio (TLC) en Congreso de Estados Unidos. Portafolio, 30 Julio 2008.

· Decisión de Obama de destrabar TLC con Colombia podría terminar en visto bueno del Congreso de E.U. Portafolio, 21 abril 2009.

· Gobierno de E.U. eleva prioridad de destrabar los TLC con Colombia, Panamá y Corea del Sur. Portafolio, 19 de mayo de 2009

Es a través de la movilización y la presión social que se derrotará la política antinacional y plutocrática de Álvaro Uribe, en un momento que es favorable -entre otras- porque la comunidad internacional está vigilante de sus acciones contra la democracia y los derechos humanos. Cada fracaso de este gobierno es un triunfo para los colombianos.

* Recalca congrega a 50 de las organizaciones sociales y sindicales más importantes del país, para coordinar las estrategias de educación, divulgación y movilización frente a los Tratados de Libre Comercio que impulsa el gobierno nacional.

PARLAMENTO CANADIENSE HIZO ENÉRGICOS CUESTIONAMIENTOS A GOBIERNO COLOMBIANO

RECALCA, Bogotá, junio 1 de 2009

Un vendaval de críticas fue lo que sufrió el gobierno colombiano el pasado 25 de mayo en el parlamento canadiense, al debatirse la ratificación del Tratado de Libre Comercio, obligando al partido Conservador -en el poder- a retirar el proyecto de la agenda legislativa. Todos los escándalos que rodean al gobierno de Uribe Vélez salieron a relucir en el debate.

Serge Cardin, parlamentario del Bloque Quebequense, resaltó que “destacados críticos del gobierno estuvieron bajo vigilancia electrónica, incluso jueces que han condenado a paramilitares y narcotraficantes con posibles vínculos con el gobierno. Además del pisoteo a los derechos humanos, el gobierno de Uribe hace caso omiso a los derechos democráticos también”.

Por su parte, el parlamentario liberal Scott Brison, manifestó estar “preocupado por la sugerencia de que el presidente Uribe puede solicitar una enmienda constitucional sin precedentes para garantizar un tercer mandato consecutivo”, y agregó que “exigirá respuestas al gobierno colombiano, antes de estar dispuestos a apoyar el TLC” refiriéndose al tema de derechos humanos.

Incluso los hijos del primer mandatario colombiano fueron tema de debate; el parlamentario del Nuevo Partido Demócrata, Peter Julian, señaló “las últimas revelaciones por el escándalo de tráfico de influencias de los dos hijos del presidente, Tomás y Jerónimo”. Para Julian “no existe ni una sola respetable organización de derechos humanos que apoye la línea del gobierno”.

Pero lo más significativo fueron los cuestionamientos provenientes del partido liberal, quienes habían manifestado su apoyo a la aprobación del tratado. La parlamentaria de ese partido, Maria Minna, se refirió específicamente al caso de los desplazados en Colombia: “Esto está ocurriendo en las zonas que son ricas en cultivos, ricas en minerales y ricas en petróleo y gas. ¿Qué significa eso? que las compañías canadienses están explorando en estos terrenos, donde las personas han sido obligadas a abandonar sus tierras y, a veces, han sido asesinadas”. La parlamentaria también abordó el tema de los “falsos positivos” y manifestó: “el Presidente Uribe inicialmente había apoyado a los militares diciendo que nada de esto era cierto. Uribe ha negado que la situación existía, y solo actuó cuando fue presionado por Estados Unidos”.

Ante la avalancha de acusaciones, la defensa de los parlamentarios conservadores fue peor que la crítica. Demostrando un absoluto desconocimiento del país, el parlamentario Ron Cannan dijo que cuando estuvo en Colombio vio grandes avances, especialmente en Bogotá: “Es una ciudad muy progresista con una universidad. Tienen la esperanza de aprender de países como Canadá”.

“Colombia es la peor catástrofe en el hemisferio
en términos de derechos humanos”

Ésta fue la conclusión de Serge Cardin, parlamentario del Bloque Quebequense y, por ello, pidió a todos los parlamentarios “votar en contra y rechazar el TLC entre Canadá y Colombia. Creo que esta es una cuestión de dignidad humana”.

Ante tal situación y no contar con las mayorías necesarias para aprobar el proyecto, el partido Liberal -a través de Maria Minna- le pidió al gobierno “retirar el proyecto de ley y, al menos, tomar en cuenta las recomendaciones formuladas por la comisión permanente para hacer una evaluación de los derechos humanos”. Recomendación aceptada por los conservadores, quienes no presentaron el proyecto en la agenda legislativa del 26, 27 y 28 de mayo, donde en cambio se leyeron varias constancias y peticiones de rechazo al TLC. “El Primer Ministro Harper definió que su supervivencia es más valiosa que el TLC”, declararon organizaciones canadienses.

Movimientos sociales canadienses y colombianos han trabajado conjuntamente para presionar al parlamento a rechazar este acuerdo. Estos son: el Consejo Laboral Canadiense, La Chiva, Mingas, SOS Colombia, el Consejo Canadiense para la Cooperación Internacional - Grupo de Política sobre las Américas, el Consejo de Canadienses, Fronteras Comunes de Canadá, y por Colombia RECALCA, que agrupa a los opositores al TLC.

Peter Julian hizo un llamado a los canadienses para mantener la presión sobre el TLC y seguir enviando “los miles de correos electrónicos y cartas dirigidos a los liberales, porque ellos se equivocan sobre este proyecto de ley. A través de la presión pública, pueden ser obligados a hacer lo correcto, que es votar para que se hunda”.

* Recalca congrega a 50 de las organizaciones sociales y sindicales más importantes del país, para coordinar las estrategias de educación, divulgación y movilización frente a los Tratados de Libre Comercio que impulsa el gobierno nacional.

EL COMANDO NACIONAL UNITARIO FRENTE A LOS TLC

Bogotá, 19 de mayo de 2009


El Comando Nacional Unitario, conformado en Colombia por, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, la Confederación General del Trabajo, CGT, la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC y la Confederación de Pensionados de Colombia, CPC, ante el frenético impulso por parte del gobierno colombiano, en cabeza de Álvaro Uribe Vélez, a los denominados Tratados de Libre Comercio, TLC, o Acuerdos de Asociación, quiere precisar a la opinión pública nacional e internacional, los motivos por los cuales el movimiento sindical colombiano se reitera en la oposición a los mismos.

PRIMERO: Se constata claramente que no ha habido verdaderos procesos de negociación y que en cambio de lo que se ha tratado es de imposiciones de potencias económica, política y militarmente muchísimo más poderosas, que en base a esas asimetrías han sacado partido en beneficio de transnacionales con asiento en sus territorios, este es el caso de los Tratados de Libre Comercio suscritos con Estado Unidos y Canadá y el que actualmente se discute con la Unión Europea

SEGUNDO: Al estancarse las negociaciones de la Ronda de Doha, y no alcanzar las transnacionales a través de los gobiernos de las superpotencias, imponer de manera inmediata sus pretensiones en materia de Libre Mercado, desde la doctrina neoliberal, surgió la opción de los Tratados de Libre Comercio en la perspectiva de unificar las facilidades que los países en vías de desarrollo habrían de aplicar para garantizar pingües utilidades a sus inversiones especulativas en la gran mayoría de los casos.

TERCERO: Las implicaciones o impactos de los Tratados de Libre Comercio trascienden el escenario meramente comercial, llegando a señalar un oscuro futuro a nuestro país en materias tan delicadas como autonomía legislativa y administrativa, propiedad intelectual, seguridad y soberanía alimentaria, políticas de desarrollo industrial, servicios públicos, garantías y limites a la inversión extranjera, aplicación de la normatividad nacional, solución de controversias en base a las leyes del libre mercado.

CUARTO: La guerra al narcotráfico se convierte en una herramienta de presión contra nuestros intereses, pues si bien en los EEUU y la UE se emitieron sendos acuerdos, ATPDEA y SGP, mecanismos para nada compartidos por el CNU, tendientes a premiar o castigar las actuaciones de los países en torno a la represión de las actividades del narcotráfico, constatamos que el compromiso de los países desarrollados para con esta

causa no es equiparable al sacrificio que dicha lucha representa para nuestro país. El ATPDEA y el SGP, son puestos a nuestros negociadores como el techo de las negociaciones y son incontables las concesiones que ellos han tenido que realizar para mantener los supuestos beneficios de estos sistemas para enfrentar el tráfico de estupefacientes.

QUINTO: El carácter de intereses de Seguridad Nacional persistente en las negociaciones por parte de las comisiones estadounidense y europea, han hecho que las concesiones a nuestro país sean ninguna y por el contrario, las nuestras son todas las que las transnacionales han exigido e impuesto de conformidad con sus insaciables intereses.

SEXTO: Como consecuencia de las reiteradas reclamaciones de las organizaciones sociales populares, son conocidos los capítulos o apartes que pretenden señalar lineamientos para garantizar la vigencia y aplicación de los derechos económicos, sociales, políticos y culturales de los pobladores, que se quedan en simple retórica inaplicable a la hora de constatar los impactos de los TLC sobre nuestro aparato productivo nacional, sobre los trabajadores y la población en general.

SEPTIMO: La doble moral aplicada por los países desarrollados y sus transnacionales se convierte en otro elemento de condena por parte del Comando Nacional Unitario, pues mientras el mundo busca generar acuerdos en torno a temas como el medio ambiente, diversidad biológica, bioseguridad o proliferación de armas nucleares o químicas, las transnacionales por intermedio de los TLC buscan se les otorguen garantías para sus inversiones, pero sobre todo, se les den legislaciones laxas con respecto a estos temas.

OCTAVO: El hecho de que las cuentas o ingresos tributarios por impuestos, la balanza de pagos y las propias exportaciones colombianas a mercados diferentes a los norteamericanos o europeos, se vean duramente golpeados según datos no precisamente del movimiento sindical sino proporcionados por el Banco de La República, Banco Interamericano de Desarrollo o de gremios empresariales como la SAC, hacen que el movimiento sindical colombiano se convenza más de lo negativo de estos mal llamados Tratados de Libre Comercio.

NOVENO: El modelo aperturista neoliberal impuesto en la década de los 90 por los mismos promotores de los TLC de hoy en día, con su estela de daño al aparato productivo nacional en sus tres sectores, lo mismo que a los trabajadores colombianos; se ve exacerbado por la puesta en marcha de los leoninos TLC con la potencia del norte al

igual que con Europa. Es decir que si el modelo neoliberal ha arruinado a nuestro país en los últimos diecinueve años, con los TLC ¿que viva el modelo neoliberal, aunque muera la nación?

DECIMO: Los TLC entre la República de Colombia, los Estados Unidos de América, la República de Canadá y la Unión Europea se negociaron a espaldas de la nación, pues las reiteradas solicitudes encaminadas a viabilizar la participación de amplios sectores del país en una forma real y efectiva, fueron desechadas por el gobierno nacional, fue así como la propuesta de aprobar previamente una ley denominada “Ley Espejo” no fue tenida en cuenta pese a que ella no era otra cosa que un símil del Trade Promotion Authority of 2002 (TPA) el cual le fija al gobierno estadounidense unos mínimos, a la hora de suscribir acuerdos de esta índole, tendientes a proteger los intereses propios tanto de sus empresas como de su nación. La solicitud presentada por el Senador Antonio Navarro Wolf, de someter la ratificación del tratado al pueblo colombiano, a través de un referendo, también fue desechada de forma olímpica por los congresistas comprometidos con el gobierno. Los llamados del Cardenal Pedro Rubiano quien manifestara: “La Iglesia ve con preocupación algunas de las disposiciones contenidas en el TLC que podrían afectar a una extensa población del país” tampoco movieron a los “negociadores” colombianos y por el contrario llevaron a que con arrogancia el Presidente manifestara en una de sus correrías por el norte que cayeran rayos y centellas, el TLC Colombia lo firmaría por que lo firmaría. ¿De que negociación se habla cuando a la contraparte se le asegura que pase lo que pase se firmara?

Lo anterior no es un decálogo de diatribas respecto del tema por parte del movimiento sindical colombiano, como en muchas de las oportunidades han sido calificadas nuestras opiniones, entre otras cosas porque son más los argumentos con que contamos para justificar nuestra oposición al los TLC, nuestros planteamientos constituyen la legitima preocupación que nos asiste ante un tema que de manera grave empeñara el futuro de la nación a los intereses de las transnacionales.

Si a lo expuesto agregamos que los derechos de los trabajadores y sus organizaciones, son violentados de manera grave por el gobierno nacional por medio de reformas laborales regresivas, prácticas antisindicales como las mal llamadas Cooperativas de Trabajo Asociado y otras formas de tercerización laboral, que solo tienen como función la de desvirtuar el Contrato de Trabajo e impedir el desarrollo del sindicalismo y constatando que la violencia contra el movimiento sindical no cesa, encontramos que son más que justificadas nuestras posiciones frente a esta clase de Tratados de Libre Comercio, por cuanto se inscriben en la doctrina neoliberal tal y como lo estamos demostrando.

Es la búsqueda de la integración latinoamericana-caribeña, un postulado que el Comando Nacional Unitario acoge plenamente y reclama del gobierno colombiano su cumplimiento a plenitud, pues con los TLC suscritos y los por suscribir, dicho principio se ve transgredido al punto de imposibilitar su cumplimiento a futuro, así mismo debemos impulsar los acuerdos comerciales y de seguridad social con todos los países de América latina y el Caribe.

COMANDO NACIONAL UNITARIO

Original firmado:

TARCISIO MORA GODOY, Presidente CUT

JULIO ROBERTO GOMEZ ESGUERRA, Secretario General CGT

APECIDES ALVIS FERNANDEZ, Presidente CTC

JESUS MENDOZA VARGAS, Presidente CPC

TLC Colombia, salvamento voto jaime Araujo - 02




Jaime Araujo Renteria y su salvamento de voto.

TLC Colombia, salvamento voto Jaime Araujo 01



Jaime Araujo Renteria y su salvamento de voto.

La doctrina

Por Antonio Caballero


OPINIÓN. La doctrina de la "defensa propia" de Santos no es de él, ni de Uribe, ni de Bush y ni siquiera de Israel. su verdadero inventor es Adolfo Hitler

Sábado 7 Marzo 2009

Para el gobierno de Álvaro Uribe sólo importa la que llama "seguridad democrática", y esta se reduce a la guerra de aniquilamiento contra las Farc. Eso para lo cual el Presidente fue elegido y reelegido y que en estos seis años no ha logrado todavía, después de haber anunciado, y sin duda creído, que lo conseguiría en dieciocho meses. Por ciego. Por no querer ver, por no poder ver (su ideología se lo impide) que el problema no es exclusivamente militar, sino social, económico y político. A causa de esa ceguera voluntaria y obsesiva a Uribe sólo le importa, digo, la "seguridad democrática", y a ella dedica todos los recursos y supedita todas las demás funciones del Estado: la justicia, la economía, y, claro está, la diplomacia.

Por eso, salvo en las contadas ocasiones en que se ha visto forzado a aceptar la colaboración de algún gobierno extranjero en algo relacionado con el conflicto armado -la ayuda del venezolano o del francés en las liberaciones de secuestrados, por ejemplo- la diplomacia de Uribe no ha tenido sino un foco de atención: los Estados Unidos. Más restringidamente todavía, el gobierno que presidía George W. Bush. Al Congreso norteamericano lo ignora, y al partido demócrata, cuando estaba en la oposición, lo despreciaba. Todavía no se repone -y debe ser el único que no previó jamás esa posibilidad- de la elección de Barack Obama. Lo demás ni siquiera existe: ni los vecinos -Venezuela y Ecuador-, ni la OEA, ni la ONU: incómodas organizaciones, como creía él con Bush, "irrelevantes". Ni Suiza, ni la China: nadie. Por eso usa la Cancillería y el servicio exterior como un basurero. Sólo cuentan los Estados Unidos, que en buena parte le financian la guerra; y, en lo anímico, el feroz Israel, que le da la pauta. La doctrina.

Dijo hace unos días el ministro de Defensa Juan Manuel Santos que perseguir a la guerrilla fuera de las fronteras "es un acto de legítima defensa y una doctrina cada vez más aceptada por la comunidad y el derecho internacional". No es así. Al revés: cada vez menos. Esa doctrina ya no la acepta ni siquiera el que más la ha usado, que es el gobierno de los Estados Unidos: fue explícitamente rechazada por Obama cuando sustituyó a Bush, cosa que sucedió en buena medida como consecuencia de la sima de soledad y desprestigio en que esa doctrina había sumido a su país. Sólo la practica Israel, pero no con la aceptación sino ante la reprobación casi universal; y sólo puede darse ese lujo porque le dan su respaldo irrestricto los Estados Unidos, como se lo da una madre al hijo calavera. La practica Israel, criminal e irresponsablemente, hoy en Palestina, ayer en el Líbano, tal vez mañana en Irán, y en todos los casos con resultados contraproducentes: el incremento del terrorismo árabe, antiisraelí y antinorteamericano.

Cuando la quiso practicar también Uribe por mano del ministro Santos, hace un año en el bombardeo al campamento de 'Raúl Reyes' en territorio ecuatoriano, y la hizo defender por boca de su entonces canciller Fernando Araújo, todos los países americanos (salvo los Estados Unidos de Bush) la censuraron unánimes. Hasta el punto de que el Presidente se vio obligado a firmar en Santo Domingo, en fila con todos sus colegas de América Latina y tragándose la rabia, una condena explícita a la violación de las fronteras ajenas.

La desacreditada doctrina que ahora propone Santos no es sólo suya. Es también la de Uribe. El cual finge desautorizar a su Ministro y "le da un tirón de orejas", como dice la prensa, y lo obliga a reunirse con el Canciller para que hagan las paces. (Una digresión: ¿no les da vergüenza a estos ministros de Uribe que su patrón los trate como a niños, o a veces como a perros? ¿No tienen dignidad? Pero eso sí: no renuncian hasta que los echan). Le da un tirón de orejas que el Ministro acepta sumisamente, agradecido: parece un ministro cubano. Pero a continuación lo confirma en su cargo y lo insta a seguir cumpliendo su "exitosa tarea" de imponer la "seguridad democrática" de bombardeos en la frontera y falsos positivos en el interior, de recompensas y sobornos, de manos cortadas y operaciones 'Jaque' montadas, de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, de espionaje a los adversarios y hasta a los partidarios, incluido el propio Santos: autochuzadas telefónicas.

Así que la doctrina Santos de la "defensa propia" no es de Santos. Pero aunque sea de Uribe, tampoco es invento de Uribe. Ni de Bush. Y ni siquiera de Israel. Todos ellos la han practicado, resumida en una fórmula brutal y sin escrúpulos: todo está permitido. Pero su verdadero inventor es otro: Adolfo Hitler.

Y ni siquiera a Hitler le fue bien con ella.
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