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Pistoletazo de salida de mi nueva novela

Pues sí, señores. Así como suena. Ayer me senté ya en serio a trabajar en mi nueva novela (aunque ya venía tomando notas desde meses atrás). Y esta mañana he pasado por Correos para recoger un libro que, espero, me ayudará a meterme aún más en ambiente.

Se trata de Passion & Poetry. Sam peckinpah in Pictures, un grueso volumen de seiscientas páginas que, tras mucho rebuscar, encontré en una librería alemana. Llegué a este libro a través de ese mundo cada vez más fantástico para mí que es internet, y no lo digo porque sea un recién llegado, sino porque últimamente me está deparando increíbles sorpresas.

El caso es que, salta a la vista, mi próxima novela estará muy marcada por ese singular cineasta estadounidense y todo su universo cinematográfico. En busca de documentación, me topé con un documetal todavía inédito sobre el director -Passion & Poetry. The ballad of Sam Peckinpah-, y rebuscando aún por ahí, di con el mismísimo autor de la producción. Me explicó que, como resultado de todo su trabajo de investigación y recopilación de material, había publicado también un libro que, aunque en alemán, dedicaba buena parte de su paginación a mostrar fotografías, afiches y todo tipo de documentos y material relacionado con el director "maldito". Me venía genial. Tengo en casa como media docena de biografías de Peckinpah, pero todas muy parcas en imágenes, un aspecto fundamental de cara a mi proyecto.

Mike Siegel, se llama el tipo en cuestión, un chaval joven, y ya me ha prometido enviarme una copia del documental en cuanto concluya su edición definitiva para finales de este año. Al final de este post os dejo un trailer del mismo, en el que podréis comprobar que no ha escatimado en entrevistas a colaboradores de Bloody Sam (como le apodó la prensa por la violencia de algunas de sus películas).

¿Qué más os puedo contar de mi nueva empresa? Poco. El título provisional es La balada de Sam, y transcurrirá a caballo entre la ciudad de Los Ángeles y una aldea del norte de México; entre la actualidad y comienzos de los setenta. ¿Seré capaz de llevar a cabo lo que tengo en mente? Desde luego no se parece en nada a cualquier cosa que haya escrito antes. Digamos que es de eso que los sesudos denominan "literatura seria", con muchos conflictos interiores de los personajes y todo eso. Se hará lo que se pueda. Como dice Jim Malone (alias Sean Connery) en Los intocables de Eliot Ness: "el Señor odia a los cobardes".


Ahora sí, se terminó


El domingo por la noche, por fin, terminé la corrección de la novela. ¡Qué sensación tan extraña! Me sentía mucho más ligero, como desprendido de un peso o una responsabilidad, pero al mismo tiempo, con un gran vacío y una mayor inquietud. Hace nueve meses que empecé a trabajar en este proyecto; algo más si contamos el trabajo de documentación previo. Y ahora, todo está listo. Tras un par de revisiones he pasado copia a algunos amigos con buen criterio, y espero ansioso sus comentarios. Tras ellos, probablemente tenga que hacer algunos retoques, correcciones, adaptaciones... Pero no será más que difuminar un poco el maquillaje y resaltar la línea de los ojos. Por lo demás, mi criatura está ya preciosa, vestida de largo y dispuesta a salir a bailar.

Ahora, claro, hay que encontrarle el novio...

Rat Pack, suma y sigue


Este padre orgulloso no deja de derramar lágrimas por sus hijos. Pasado el verano, puedo decir con gran felicidad que me han llegado comentarios de personas que se han lanzado a la lectura de Elvis. Corazón solitario, con resultados deliciosos, y a través de internet he localizado más reseñas y recomendaciones, todas positivas.

Pero si hay un libro que no deja de darme alegrías, ése es Rat Pack. Viviendo a su manera. Tres años después de su publicación, parece que el boca a boca sigue funcionando, y constantemente veo un blog o un foro cómo alguien que lo ha leído lo recomienda a sus amigos. Y esa pervivencia de la obra, esas cariñosas palabras con el texto, son el mayor orgullo que pede tener un autor.

Qué más se puede pedir, si a eso, además, le sumamos la incansable y desinteresada labor de divulgación que llevan a cabo algunos buenos amigos, como es el caso de Francisco Javier Illán, que ayer me sorprendía con una nueva crítica de la obra en Anika entre libros. ¿Qué te voy a decir, Paco? Pues que aquí tienes a este humilde autor, eternamente agradecido por tu cariño y amabilidad.

Bueno, como estoy contento, vamos a rematar el post con uno de esos vídeos que te mantienen la sonrisa tonta durante un rato. Del programa The Dean Martin Show, uno de sus grandes momentos: Dino y Gene Kelly. Cante, baile y risas. ¿Se puede pedir más?


Canciones con historia: Me and Bobby McGee

Después de quedarme sacudirme todo el mal karma con el post anterior, aquí os dejo uno más agradable. La revista digital Efe Eme empieza a editar esta semana una sección firmada por un servidor, Canciones con historia, en la que me dedicaré, básicamente, a lo mismo que hago de vez en cuando en este blog: seleccionar canciones que cuentan historias emocionantes que a la mayor aprte de la gente le pasan de largo por aqullo del idioma. Unas cuantas pinceladas sobre su composición y su autor, el texto traducido y su vídeo correspondiente. Podéis acceder directamente pinchando en la imagen. Así se presenta la nueva sección en la revista:

Arranca esta nueva sección, firmada por Javier Márquez y dedicada a desvelar las historias que se esconden detrás de grandes o pequeñas canciones, con un clásico incuestionable, Me and Bobby McGee, escrita en 1969 por Kris Kristofferson con ayuda de Fred Foster y popularizada en la voz de Janis Joplin.

Publicación: Cowboy, un héroe de celuloide

Tal y como adelantaba unos días atrás, tenía algo bueno que anunciar, algo que, por cierto, me ha hecho mucha ilusión. En el número de agosto de la revista La aventura de la historia podréis encontrar un reportaje de cuatro páginas firmado por un servidor que lleva por título Cowboy, un héroe de celuloide. Así lo anuncian en la web de la revista:

Mitificado en la gran pantalla, el vaquero de EE UU surgió en la segunda mitad del siglo XIX ante la necesidad de conducir el ganado de Texas a los mataderos de Chicago. El periodista Javier Márquez separa la leyenda de la historia para trazar el perfil de este extraordinario oficio de adolescentes, donde cabían blancos, negros, mujeres y mexicanos.

Después de ser lector asiduo de esta cabecera durante muchos años, ni que decir tiene que me siento muy feliz y orgullosos de colaborar en sus páginas. Al parecer, el artículo en cuestión les ha agradado bastante, y ya hemos hablado acerca de futuras publicaciones.

¡Genial! Por fin. A ver si ya puedo quitarme ese sambenito de "biógrafo musical". Que sí, que vale, que es lo que he hecho hasta el momento en buena medida. Pero oye, que va a ser verdad eso de que encasillarse es un fastidio... jejeje

Revista Beta: Literatura juvenil

Reconfortante fin de semana el que he pasado en la playa. Tenía tantas ganas de agarrar carretera y manta hacia Islantilla (Huelva), que se me pasó anunciar la salida del nuevo número de Beta. Revista de libros y literatura.
Se trata de una publicación que editan conjuntamente la cadena andaluza de librerías Beta y la editorial Almuzara, también sureña. Viene a ser otra de esas publicaciones gratuitas que se ponen a disposición del cliente para darle ideas de algunos libros que comprar, por si a él no se le ocurre ninguno.
En éste su segundo número, especial de verano, la revista lleva un reportaje firmado por un servidor sobre literatura infantil: novedades, claves, clásicos... Un artículo, titulado Más allá de Harry Potter, para el que conté con la inestimable ayuda de buenos amigos como el crítico literario y "springsteeniano" de pro Natalio Blanco, el editor Luis García Prado o el escritor José Ángel Muriel.
Ya estoy en marcha con otro reportaje para el siguiente número de la revista, pero eso, por ahora, es alto secreto.
Y en breve, noticias sobre otro artículo publicado en otro medio que me ha emocionado especialmente; ya os diré por qué.

Empecé a leer mi libro

Ayer, finalmente, la ansiedad pudo conmigo. Ayer, sin más miramientos, me lancé a por la novela y empecé a leerla. ¿Cuánto he dejado que pasara? ¿Dos, tres semanas? Sea el tiempo que sea, desde luego ha sido suficiente para mí... o eso espero, jeje.

No podía aguantar más. Me moría de ganas por leer el manuscrito (sí, ya sé que no la he escrito a mano, pero es una palabra tan bonita que da pena que caiga en desuso). Y claro, basta que uno se ponga para que todo sean interrupciones. Digamos que leí unas 60 páginas, que vienen a ser una sexta parte más o menos.

Por cierto, Cris, disculpa la descortesía. He visto que preguntabas unos post más atrás por la extensión, el género o algún detalle más del libro. Bien, te cuento. Se trata de una historia de misterio ambientada en el Londres de finales de los 50. He intentado captar el aire de las míticas pelis de intriga y terror de la Hammer, y de hecho, la cinta está ambientada en el origen de esta productora como,"la casa del terror", tal y como llegó a conocerse. Por eso, uno de los protagonistas principales de la novela es también uno de los actores clave de aquellos estudios, sir Peter Cushing.

Siempre me ha fascinado este actor. Me encanta en su papel del cazavampiros Van Helsing, así como en el de malvado doctor Frankenstein, aunque por encima de todos está ese Sherlock Holmes inconmensurable al que dio vida tanto para la Hammer como para una memorable serie en la BBC. Cuando me planteé escribir una historia de misterio y terror con sabor británico, supe que el protagonista estaría inevitablemente influido por él, así que, qué diantres, escogí directamente a sir Peter como uno de los personajes principales. No negaré, sin embargo, que algún otro hay por hay directamente inspirado en algún personaje suyo. Os diría también algo sobre los nombres, pero prefiero que, si un día se publica la novela, lo descubráis vosotros mismos.

Siguiendo con la historia, también por esas páginas una pareja de detectives entrañable (tanto, que de aparecer inicialmente de manera puntual pasaron a robarle protagonismo al pobre Peter), un erudito universitario que compartió hazañas bélicas con el padre Lankaster Merrin (El exorcista), una vieja estrella del Hollywood clásico que recuerda oscuras historias de los días brillantes, una guapa doctora en psiquiatría... y una misteriosa película de la que todos hablan y nadie ha visto.

¿Extensión? Unos 350 folios, diez arriba diez abajo.

Por ahora, debo reconocer que la sensación es bastante buena. Marta (my fair lady) ya la leyó nada más terminarla y le gustó bastante (y eso que ella no es muy dada a obras de este género). He hecho algunas corrección ortográficas, algunas más de estilo, y dividido en dos algún capítulo demasiado largo. Estoy deseando tenerla lista para pasársela a unos cuantos colegas de confianza para tener su opinión.

Y mientras acabo esa lectura, aquí os dejo un vídeo homenaje a ese gran actor y mejor ser humano que fue sir Peter Cushing. Todo un caballero británico, modelo de bondad en su vida privada y capaz de crear los personajes más entrañables al tiempo que los más temibles en la gran pantalla. El montaje, claro, no es mío. Ya me gustaría. Os animo a verlo, es muy emotivo, empezando con un par de escena de su papel más recordado, el Abraham Van Helsing de la serie 'Drácula' para la Hammer.


Estrenamos nueva imagen

He llegado de la playa con ganas de renovar la imagen de blog. Sí, ya, muchas tonterías para lo poco que escribo luego, pero en fin, ya que uno tiene ganas, para qué vamos a reprimirnos, ¿o no?

Así que aquí está este blanco sobre azul, aparentemente bastante más fácil y agradable de leer que los anteriores colores. Otra cosa, claro, es que haya algo interesante que leer, ¿verdad?

En cuanto a la fotografía de cabecera, he decidido cambiar la máquina de escribir por algo aún más visceral, sencillo y directo: el escritor, el lápiz, los papeles, los libros... ¿Que quién es el de la imagen? Pues don Ernesto (Hemingway, of course), el autor más querido, admirado y estudiado por este humilde servidor de ustedes. La foto data, más o , de la época en la que "Papa Hem" trabajaba, desde su villa cubana, en la novela Al otro lado del río y entre los árboles.

Falta poco para las nueve de la noche, Rafa Nadal lo está pasando mal para ganar (eso me van diciendo), y yo pongo punto final al post de hoy dispuesto a darme una ducha, abrir una cerveza fresca (el vaso ya se está helando en el frigorífico) y sentarme a disfrutar del concierto de Dylan en el Rock & Ríos Madrid que retransmite La 2. Para una vez que pasan un concierto por la tele, no nos lo vamos a perder, digo yo.

¡Terminé la novela! (la mía, claro)

Ya estoy de vuelta. Diez días sin escribir, madre mía... Esto no es serio. Pero tengo una justificación, que será buena o mala, pero a mí me sirve: he estado enclaustrado terminando una novela. Llevaba ya unos seis meses con ella y, de pronto, avisté el final. Es un chute de adrenalina, en serio, que te mantiene excitado durante varios días, sin poder despegarte del teclado y deseando volver a éste cuando tienes que hacer otros menesteres. Quieres ver cómo acaba, quieres ver que, realmente, pones el punto final.

Y yo lo he logrado. Oye, y es un triunfo. Porque después de varios libros de, digamos, divulgación, ya era hora de poder terminar una novela (habré empezado como media docena o más, todas inconclusas). Ahora viene el proceso de relectura, corrección, ampliación y acicalamiento. Pero lo importante, la tela buena, ya está ahí.

Así que nada, aquí estamos de vuelta, y para empezar con buen pie, haremos hoy una entrada doble... Y ya se me ocurre cuál será el segundo tema.

Raimon: jornadas conmemorativas 1968-2008


El pasado domingo, el diario El País ofrecía un amplio reportaje sobre el histórico concierto del cantautor Raimon en la facultad de Económicas de Madrid el 18 de mayo de 1968. La pasada semana me confirmaron finalmente mi participación en los actos de conmemoración de tal evento, la semana del 19 al 22 de mayo.

La universidad Complutense ha puesto en marca una web en la que ofrece amplia información sobre el mítico concierto y su conmemoración, y de ahí he extraído el siguiente texto, que ofrece las claves de lo que supuso aquel hito y las razones por las que hay que recordarlo:

El 13 de mayo de 1968 obreros y estudiantes marcharon juntos por las calles de París aireando consignas como “Debajo de los adoquines está la playa” o “Seamos realistas, pidamos lo imposible”. A pesar de todos los esfuerzos del régimen franquista por mantener España incontaminada y adormecida, los vientos revolucionarios también agitaron la sociedad española, teniendo su más clara representación en el movimiento estudiantil que se plasmó en las revueltas universitarias, que no eran las primeras ni serían las últimas, pero que mantendrían en jaque al aparato represor franquista y a los gerifaltes de un régimen que, muy a pesar suyo, estaba cada vez más acabado.

Uno de los hitos de aquellas jornadas fue el recital que dio el “cantante” Raimon en la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales ante unos estudiantes que abarrotaban el vestíbulo, las escaleras y los pasillos en un claro rechazo al franquismo.


Cuarenta años después, los que estuvieron en aquel acto rondan ya los sesenta años. Los que en aquellos días no habían empezado así el Bachillerato sólo sabían que los universitarios andaban corriendo perseguidos por unos antidisturbios “grises” que lo menos que harían con quien se le pusiera al alcance (cuando no a tiro) sería dejarle el “recuerdo” de sus porras en cualquier parte de su anatomía. Los estudiantes que ahora ocupan las aulas de una Universidad más libre y democrática que aquella ni siquiera habían nacido pero han oído hablar de aquellos días a sus padres y a los amigos de estos.


Al cumplirse cuatro décadas de aquellos acontecimientos la Universidad Complutense de Madrid quiere conmemorar unos hechos que forman parte del imaginario popular de nuestra historia, ya no tan reciente, con una serie de actos que, desde la memoria sentimental, sean un homenaje a todos aquellos que, con su toma de conciencia y su labor anónima, sangrientamente interrumpida en muchos casos, en el trabajo y en las aulas, contribuyeron a construir en España una sociedad más libre, justa y solidaria e hicieron soñar a las siguientes generaciones.

Web y vídeo para el libro 'Rat Pack. Viviendo a su manera'


Bueno, más vale tarde que nunca. Cuando salió a la venta la primera edición de Rat Pack. Viviendo a su manera, me pareció fundamental crear una página web para apoyar la promoción del libro y ayudar a su difusión en internet. Pero por unos u otros motivos, ni la editorial ni yo nos pusimos al tema.

Ahora, con motivo del lanzamiento de la tercera edición, y aprovechando los diez años de la desaparición de Frank, Marta (my lady) se puso manos a la obra y ya puedo presumir de web para el libro.

Además, se presenta a lo grande, estrenando un vídeo promocional que he apañado y que también os dejo aquí, en el blog, con la esperanza de que desate algunas curiosidades y anime a la lectura...

Y ya ha sido bastante para un domingo. Me voy a ver un capítulo de Los Soprano (muy apropiado, por cierto, dado el tema que tratábamos, ¿no creéis?



Una invitación emocionante


Cuando yo contaba 14 ó 15 años la música no era para mí más que aquello que hacían tan bien Max Steiner y Bernard Hermann para que las películas de John Ford y Alfred Hitchock fuesen aún más emocionantes. Lo mío era el cine. Y punto. Fue más o menos a esa edad cuando mi oído comenzó a abrirse un poco y mi sensibilidad a exigir más campos de experimentación. A través de un profesor del instituto me metí de lleno en el universo de Simon & Garfunkel, puerta de acceso para mí al folk y el rock de los 60 y 70; y a través de mi padre, a la canción de autor. Serrat, Alberto Cortéz, Víctor Manuel, Jarcha, Paco Ibáñez, Perales (sí, Perales, ¿qué pasa? ¡cuidadito!).

¿Qué le vamos a hacer? Yo creo que lo mío con los cantautores, y más aún con la mal llamada canción-protesta, debe venir un poco por lo del ‘feeling’, por la emoción que desprenden. Y a lo mejor incluso, cosas de la vida, está más enraizado de lo que creo a mi subconsciente a través de mis westerns favoritos. “Hay palabras que le ponen a uno los bellos de punta: libertad es una de ellas”. Esa frase, que pudiera ser de cualquier recital clandestino de la época la largaba John Wayne en El Álamo (luego, claro, uno se entera que ese era el doblaje con la censura. En el original, Wayne dice “república” en lugar de “libertad”, pero claro, cualquiera doblaba eso...)

Como poco a poco se iba curtiendo en mí -¿o ya lo estaba por entonces?- ese interés por conocer, por investigar, por saber más, todo lo posible, sobre aquellos artistas que me interesaban, no fueron pocas las visitas que hice a la Hemeroteca -y ya era afición, a tenor de lo que era la hermeroteca sevillana- en busca de artículos, críticas y reportajes de los setenta sobre actuaciones reseñables de aquellos cantautores.

Total, que entre fotocopias de El País y Diario 16, y unas pilas de viejos números de Cambio16 que un tío de mi padre tenía olvidadas en un armario, yo me fui empapando de historia musical, que era más bien historia social, y aprendiendo también un poquito de eso que es el oficio periodístico, que creo que me valió más que los cuatro años de carrera juntos (pero ésa es otra película).

Y como esto peligra en convertirse en un remedo de La forja de un rebelde, de Arturo Barea, voy al grano. Uno de los cantautores que más me emocionaron, y sobre los que más documentación busqué, fue el valenciano Raimon. ¡Que sí, que canta en catalán! Bueno, en valenciano. ¿Y qué? ¿Ahora resulta que si no se entiende lo que se canta no lo escuchamos? ¿Y los Beatles en qué cantaban, en castellano de Valladolid? Total, que dejando a un lado prejuicios neardentales, resulta que más allá de mi interés por esa canción-protesta descubrí que aquí el amigo Raimon tenía una asombrosa producción de la que sólo una mínima parte eran canciones, digamos, políticas. Sus textos son de una increíble belleza, con un surtido de recursos poéticos y lingüísticos asombroso.

¿Se nota que lo admiro? Pues imaginaos cómo se me quedó el cuerpo cuando, hace un par de días, me llamó para proponerme participar en una mesa redonda sobre él. Tuve la suerte de entrevistarle un par de veces durante mis “años madrileños”, y resultó ser una persona realmente entrañable, extremadamente sencilla y humilde. Recuerdo que le encantó encontrar a alguien tan joven (tendría yo 23 añitos) que conocía tan bien su obra. Y parece que no se le olvidó.

La mesa será parte de unos actos que está organizando la Universidad Complutense de Madrid para conmemorar los cuarenta años de un concierto histórico, el recital de Raimon en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, el 18 de mayo de 1968. Aquello fue lo más parecido que hubo en España al “Mayo del 68” francés. Imaginaos, es la primera vez que aquí se conmemora un concierto, además, con cuatro jornadas de actividades, exposiciones, etc. Entre los participantes, además, habrá gente de la talla de Manuel Vicent. Total, que uno está que le tiembla el pulso. Pero he dicho que sí, que acepto, como un valiente.

Como el 18 de mayo cae en domingo, los actos se celebrarán la semana siguiente, terminando con el imprescindible recital, no sé si el jueves 22 o el viernes 23.

¿Y todo este rollo? Pues digo yo que para eso será esto del blog, ¿no? Así que igual que me paso semanas sin escribir, pues toma, ahí queda, para que no se diga.

Como no podía ser menos, aquí dejo una canción. No es ninguno de sus populares himnos de lucha, no ya contra el franquismo, sino contra cualquier tipo de opresión que el ser humano es capaz de ejercer sobre un igual, ya sea Digem no, D’un temps, d’un pais o Al vent. Esta vez me decanto por una de las más bellas canciones que conozco. Com un puny (‘Como un puño’), incluída en su álbum de 1974 A Víctor Jara. Es una composición muy influenciada por el poeta del XVI Ausiàs March, de quien Raimon ha musicado numerosos poemas. Está dedicada a Anna Lissa, su mujer (y no menos encantadora que él), y en ella habla de las idas y venidas de España a Italia para visitarla.

Como un puño

Cuando te vas a tu país de Italia y yo muy solo me quedo en Maragall, esta calle que nunca nos ha hecho gracia se me vuelve lugar de un gris inútil baile. Ausiàs March me viene a la memoria, su viejo canto, de golpe, se me aclara, en casa solo, inmerso en la obsesión de mi deseo de ti, que es grande y crece:

“Rogaría a Dios que mi pensamiento estuviera muerto Y que pasara mi vida durmiendo”.

Entiendo muy bien, suerte desgraciada, la última raíz de este triste pensamiento, su por qué atávico, joven, fuerte siento en mí, cautivo, profundamente. En la cama tan grande de medida italiana paso las noches sintiendo tu ausencia, no duerme quien quiere ni es de olvido la vida, amor, amor, es dura la sentencia.

Cuando te vas a tu país de Italia el dolor viene a hacerme compañía, y no se va, que crece en su extensión, despierto de noche se mueve y es mortecino de día. Me pasa eso y tantas otras cosas sintiéndome solo que es sentirte lejos; lo veo muy claro cuando hace ya ciento veinte horas que cuento el tiempo que lentamente se desliza

Vendrá tu cuerpo que suavemente me pones en mi cuerpo cuando nos sentimos muy juntos, y florecerán mejor que nunca las rosas: poco a poco nos cerraremos como un puño.