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Empecé a leer mi libro

Ayer, finalmente, la ansiedad pudo conmigo. Ayer, sin más miramientos, me lancé a por la novela y empecé a leerla. ¿Cuánto he dejado que pasara? ¿Dos, tres semanas? Sea el tiempo que sea, desde luego ha sido suficiente para mí... o eso espero, jeje.

No podía aguantar más. Me moría de ganas por leer el manuscrito (sí, ya sé que no la he escrito a mano, pero es una palabra tan bonita que da pena que caiga en desuso). Y claro, basta que uno se ponga para que todo sean interrupciones. Digamos que leí unas 60 páginas, que vienen a ser una sexta parte más o menos.

Por cierto, Cris, disculpa la descortesía. He visto que preguntabas unos post más atrás por la extensión, el género o algún detalle más del libro. Bien, te cuento. Se trata de una historia de misterio ambientada en el Londres de finales de los 50. He intentado captar el aire de las míticas pelis de intriga y terror de la Hammer, y de hecho, la cinta está ambientada en el origen de esta productora como,"la casa del terror", tal y como llegó a conocerse. Por eso, uno de los protagonistas principales de la novela es también uno de los actores clave de aquellos estudios, sir Peter Cushing.

Siempre me ha fascinado este actor. Me encanta en su papel del cazavampiros Van Helsing, así como en el de malvado doctor Frankenstein, aunque por encima de todos está ese Sherlock Holmes inconmensurable al que dio vida tanto para la Hammer como para una memorable serie en la BBC. Cuando me planteé escribir una historia de misterio y terror con sabor británico, supe que el protagonista estaría inevitablemente influido por él, así que, qué diantres, escogí directamente a sir Peter como uno de los personajes principales. No negaré, sin embargo, que algún otro hay por hay directamente inspirado en algún personaje suyo. Os diría también algo sobre los nombres, pero prefiero que, si un día se publica la novela, lo descubráis vosotros mismos.

Siguiendo con la historia, también por esas páginas una pareja de detectives entrañable (tanto, que de aparecer inicialmente de manera puntual pasaron a robarle protagonismo al pobre Peter), un erudito universitario que compartió hazañas bélicas con el padre Lankaster Merrin (El exorcista), una vieja estrella del Hollywood clásico que recuerda oscuras historias de los días brillantes, una guapa doctora en psiquiatría... y una misteriosa película de la que todos hablan y nadie ha visto.

¿Extensión? Unos 350 folios, diez arriba diez abajo.

Por ahora, debo reconocer que la sensación es bastante buena. Marta (my fair lady) ya la leyó nada más terminarla y le gustó bastante (y eso que ella no es muy dada a obras de este género). He hecho algunas corrección ortográficas, algunas más de estilo, y dividido en dos algún capítulo demasiado largo. Estoy deseando tenerla lista para pasársela a unos cuantos colegas de confianza para tener su opinión.

Y mientras acabo esa lectura, aquí os dejo un vídeo homenaje a ese gran actor y mejor ser humano que fue sir Peter Cushing. Todo un caballero británico, modelo de bondad en su vida privada y capaz de crear los personajes más entrañables al tiempo que los más temibles en la gran pantalla. El montaje, claro, no es mío. Ya me gustaría. Os animo a verlo, es muy emotivo, empezando con un par de escena de su papel más recordado, el Abraham Van Helsing de la serie 'Drácula' para la Hammer.


'La monja poseída'. El último alarido de la Hammer



Últimamente he tenido la oportunidad de ver ‘La monja poseída’, la última película de los estudios Hammer, rodada en 1976. En España no hay quien lo consiga, pero gracias a la eterna paciencia y consideración de mi mujer (paciencia, porque rebusqué en un sinfín de tiendas; consideración, porque me lo acabó regalando ella), en nuestro viaje de novios por esos mundos de Dios logré hacerme con una caja con más de una veintena de películas de este estudio británico, entre ellas, la susodicha. Ahí va un comentario sobre la misma:

En la década de los setenta, vampiros, hombres lobo y monstruos despedazados se habían hecho ya demasiado habituales en la gran pantalla como para que ya nadie se asustara con ellos. Ahora, el nuevo terror llegaba de manos del malvado supremo, el origen de todo mal, el propio diablo. Desde que Roman Polanski alcanzase el éxito internacional con ‘La semilla del diablo’, en 1968, las películas de terror con Lucifer como protagonista comenzaron a proliferar. En 1973 llegó la cinta clave en este terreno, ‘El Exorcista’, y tres años después haría acto de presencia el otro gran título del género “demoníaco”: ‘La profecía’.
A estas alturas del guión, Hammer Films, la productora que había dominado el terror en la gran pantalla desde 1957, se encontraba ya desfasada y con importantes problemas económicos. Las últimas y lamentables apariciones de sus dos grandes personajes, Drácula y el doctor Frankenstein, no habían logrado enganchar a la nueva generación de actores, así que tocaba renovarse. Los directivos del estudio apostaron por el escritor ocultista Dennis Wheatley, cuya novela ‘The Devil Rides Out‘ ya había servido de base a la Hammer para la excelente ‘La novia del diablo’, una década atrás, antes de que ningún gran estudio se plantease reclutar a Satanás para la gran pantalla.
La obra escogida fue ‘To the Devil... a Daughter’ (algo así como “Una hija para el Diablo’), y para darle cuerpo se escogió a dos protagonistas de reconocido talento, Christopher Lee y Richard Widmark, respaldados por efectivos secundarios. Peter Sykes se encargó de dirigir la cinta, estrenada en España en 1978 (dos años después de su estreno oficial) con el título de ‘La monja poseída’.
Aunque en su momento se le acusó de apuntarse al carro del éxito del ‘Exorcista’, la película tiene mucho más que ver con ‘La semilla del diablo’ o incluso ‘La profecía’. La película narra los esfuerzos de un escritor de novelas sobre ocultismo (Widmark) para salvar a una joven de las garras de una secta satánica. Ella (una joven Nastassja Kinski que regala un par de desnudos que en su día causaron furor) es una monja que ha sido violada por el líder de la secta (Lee) para engendrar en ella al mismo Diablo, por lo que el grupo la busca para poder controlar el terrible alumbramiento.
Es una pena que la dirección de la película no acabase en manos del genial Terence Fisher, como en principio se habló, pues sin duda, con aquella historia y ese plantel, hubiese resultado una película tan interesante como aquella ‘Novia del diablo’. Por el contrario, la película adolece de importantes problemas de ritmo y de guión. Con un final que promete pero no cuaja, a imagen del resto de la cinta. Personalmente disfruté con viéndola, pero es que uno es un fan de la Hammer y mitómano ante todo, y el hecho de estar ante la última cinta del estudio (después sólo quedarían un telefilme y varias series), no deja de tener su tétrico encanto. Por otro lado, los dos protagonistas están tan bien como de costumbre, y eso siempre ayuda a disfrutar con cualquier película, por floja que sea.

Ahí os dejo un trailer, e inglés, de la película.

El Drácula de la Hammer (1958)

En 1958, tras el éxito el año anterior de La maldición de Frankenstein, la Hammer volvió a convocar al mismo director, Terence Fisher, y la misma pareja protagonista, Peter Cushing y Christophe Lee, para rescatar un nuevo título de terror de entre los grandes éxitos que obtuvo la Universal en los 30. En este caso le tocó el turno al vampiro inmortal, el conde Drácula.

Fisher apostó por un vampiro mucho más sensual, cuyas mordeduras a las féminas que alegraban las películas con sus voluptuosas figuras desprendían un aire de inequívoca sexualidad. Christopher Lee logró con este papel un gran reconocimiento que acabaría convirtiéndole en uno de los grandes mitos del cine de terror. No fue para menos el trabajo de Peter Cushing como profesor Abraham Van Helsing, el entregado cazador de vampiros cuyo rostro quedaría inevitablemente ligado de por vida al del genial actor británico.

La película da sin duda mucho para hablar y analizar, pero para ser domingo, ya es suficiente. Creo que lo mejor es mojarse los labios con el imperecedero final de la cinta que podéis ver más arriba, sin duda una de las cumbres terroríficas de la historia del cine.

La casa del terror abre de nuevo sus puertas



Los amantes del cine de terror inglés están de enhorabuena. La mítica productora Hammer Films resurge de sus cenizas. La firma responsable de la segunda edad de oro del cine de terror, con versiones de los grandes mitos del género (Drácula, Frankenstein, la momia, el hombre lobo, el Dr. Jeckyll...) y otros muchos nuevos personajes, vuelve a estar activa gracias a un acuerdo comercial que permiterá volver a ver nuevas y terroríficas aventuras marcadas con esa "H" inequívoca.

Tres décadas después de que cerrase sus puertas el hogar preferido de actores como Peter Cushing y Christopher Lee o directores como Terence Fisher, la Hammer intentará volver a marcar tendencia en el cine de terror internacional. La idea, según han explicado sus responsables, es apostar por el mismo aire gótico de aquellos clásicos inolvidables, imponiendo así un cambio de rumbo al actual cine de género en lugar de dejarse llevar por él. Confiemos en que sea así.
Por otro lado, esta noticia coincide con la publicación en España de 'La Hammer. Su historia, sus películas, sus mitos', un libro de Javier Memba publicado por T&B editores que supone una interesante guía de iniciación en el universo gótico de esta productora. Con abundante y curioso material gráfico, el libro resulta menos profundo que 'Hammer. La casa del terror', el excelente estudio firmado por Juan Corral y publicado por Ediciones Calamar hace ya algunos años, pero tal vez por eso se antoja más recomendable para los neófitos en la materia.
Ya sólo resta que las casas videográficas se animen a reeditar los títulos más notables de la productora inglesa, hasta ahora arrinconados en favor de otros menos interesantes.

Estas noticias, sin duda, merecen una retrospectiva...