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"Primó la tesis del simple cambio de un articulito" Andrés Pastrana

ELESPECTADOR.COM


Política | 29 Mayo 2009 - 5:35pm

Esta es la nueva misiva enviada por el ex presidente Pastrana a la Corte Constitucional:


Mayo 29 de 2009

Doctor
Nilson Pinilla Pinilla
Presidente
Honorable Corte Constitucional
Ciudad.


Respetado Señor Presidente:

Recibí su comunicación de fecha 28 de mayo.

Los debates en torno a la Constitución son el eje de la política en las democracias modernas. Las opiniones y los fallos de los magistrados, los orígenes y antecedentes de estos, su filosofía y aún su estilo personal son materia de controversia o aplauso. Las decisiones de una corte con mandato de vigilancia y preservación de la constitución pueden llegar a dividir una nación y definir su rumbo político, tal como sucede en Estados Unidos en torno al debate del aborto. Pero una cosa es disentir y otra deslegitimar. Aquí el problema de fondo no es la forma.

Como ciudadano, lo reitero una vez más a la Honorable Corte, disiento respetuosamente de la sentencia que permitió la reelección presidencial, considerado gravísima la omisión del Tribunal cuando desestimó el equilibrio constitucional que se rompía. No creo que haya sido acertado admitir un peso de semejante proporción sin ajustar los correspondientes contrapesos, garantías y salvaguardias. A la par de un trámite maculado por el cohecho –según la Corte Suprema de Justicia- primó la tesis del simple cambio de un articulito propugnada por el Ejecutivo.

Consecuentemente, tampoco considero positiva para la construcción del edificio constitucional la declaración del señor Presidente de la Corte cuando aventura públicamente -en contravía de la jurisprudencia vigente que limita a una sola instancia la reelección presidencial- la tesis de la absoluta soberanía popular como razón para decidir (ratio decidendi) sobre un eventual referendo reeleccionista.

El Presidente de la Corte Constitucional coincide entonces con el Ejecutivo cuando éste asegura: “…este (Colombia) es un país de Estado Social de Derecho y Estado de Opinión, que es la categoría superior del Estado de Derecho”. Así se abona el campo para que prospere la tesis de la hecatombe constitucional según la cual el pueblo es soberano para destruir sus instituciones sin colocar nada en el sitio de lo arrasado.

Desde la cabeza de la Corte, sin expresión contraria a lo expuesto al respecto en mi carta a los señores magistrados, se abre camino a la posibilidad de una tercera elección consecutiva de un presidente. Para efectos prácticos se abren las puertas a la reelección indefinida puesto que una vez más se vislumbra otro cambio cuatrienal de jurisprudencia –a la manera andina- que acentúa la vía autocrática de la Carta. Más peso presidencial sin contrapesos democráticos.

Con el orden constitucional roto a favor de una persona por razón de la vía de hecho de la compra de conciencias, tengo la obligación moral, como ciudadano y como ex Presidente, de defender la Constitución y el Estado Social de Derecho y, por consiguiente, disentir en la forma más respetuosa de la Honorable Corte Constitucional tanto por decisiones pasadas como por las advertencias de su presidente hacia el futuro.

Sin otro particular me suscribo de la Honorable Corte,


Respetuosamente,

Andrés Pastrana Arango

Ex Presidente de la República.

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“Ocho años, más que suficientes”

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Internacional | 23 Mayo 2009 - 12:56am

Reelección preocupa a Washington
Foto: AP
El presidente Uribe exhibió orgulloso un autógrafo que le dio Barack Obama durante la Cumbre de las Américas. Hoy su reelección altera a Washington.
Por: Vanessa de la Torre / Washington | Elespectador.com
Aunque los méritos de Álvaro Uribe siguen siendo su mejor carta de presentación en los círculos políticos de Estados Unidos, la manera como está manejando su posible reelección está afectando no sólo su imagen sino la del país.

“Escándalos rodean al líder colombiano”, tituló en un reciente artículo el prestigioso periódico The Washington Post. “Uribe: Calculador y obsesionado”, dijo Univisión el lunes en su página de Internet. “Uribe cava su propia tumba”, opinó uno de los más leídos analistas del Miami Herald, Andrés Openheimer. “Uribe: pareciéndose a Chávez”, insinuó la renombrada revista estadounidense Time.

La posibilidad de que el mandatario colombiano sea elegido por tercera vez está causando preocupación en Estados Unidos. Y aunque oficialmente la administración de Barack Obama evada el tema o lo comente con gran discreción —Hillary Clinton, secretaria de Estado, y Thomas Shanon, subsecretario para el Hemisferio Occidental, coincidieron en decir que “la reelección es una decisión del pueblo colombiano”—, hay varios demócratas y republicanos que miran con desconfianza lo que está sucediendo en el país.

“El gobierno del presidente Obama quiere fortalecer la democracia, las instituciones; quiere fortalecer el Estado de Derecho en toda la región. Cuando aquí se publican esas noticias, queda la sensación de que en Colombia no se están fortaleciendo las instituciones de una democracia como quiere la administración Obama”, explicó a El Espectador el ex embajador de Estados Unidos en nuestro país, Myles Frechette.

“No es una interpretación demasiado dura. Si Colombia quiere seguir recibiendo ayuda masiva de Estados Unidos, es importante que vaya tomando en cuenta lo que está saliendo en los medios acá. No parece estar en sintonía con el rumbo que Obama y el Congreso le quieren dar a la política latinoamericana”, recalcó.

Y es que en una región donde algunos líderes —Chávez, Correa y Ortega— han despertado molestias en la Casa Blanca y el Capitolio por quererse perpetuar en el poder y opacar las instituciones democráticas de sus países, Colombia parecía ser la excepción. Los méritos de Uribe son innegables y siguen siendo su mejor carta de presentación, pero las movidas políticas que están acompañando la modificación de la Constitución para que pueda ser elegido nuevamente, se están convirtiendo en una mancha que afecta la imagen y la reputación del país. “No conozco a una sola persona que esté de acuerdo con otra elección de Uribe”, afirmó tajantemente a El Espectador Michael Shifter, del Diálogo Interamericano, el analista más prestigioso sobre Colombia en Washington. “Hasta los uribistas más apasionados no están de acuerdo con su reelección”, agregó.

Los falsos positivos, el espionaje a políticos, periodistas y jueces orquestado desde el DAS, el enfrentamiento con la Corte Suprema de Justicia, las grandes ganancias obtenidas por sus hijos en varios negocios gracias a decisiones de funcionarios públicos, la parapolítica y la supuesta financiación de su campaña de 2006 con dineros de DMG han causado un gran daño al mandatario.

“Aquí hay un dicho muy popular: ‘no se trata solamente de no hacer cosas que parezcan incorrectas, es importante no dar la impresión siquiera de que se está obrando incorrectamente’. Si las autoridades se enteran de que usted tuvo información privilegiada y sacó provecho de eso, lo pueden enviar a prisión. Los políticos aquí le aplican los mismos estándares americanos a lo que pasa en otros países”, aseguró el ex embajador Frechette refiriéndose al escándalo de Tomás y Jerónimo Uribe. Y agregó: “Teniendo en cuenta los seis millones de dólares que Estados Unidos le ha dado a Colombia en los últimos años y los intereses del gobierno que aún están pendientes, como la continuación del Plan Colombia y la aprobación del TLC, estas revelaciones no ayudan para nada”.

“Hasta los republicanos que tanto han apoyado a Colombia ahora se deben sentir avergonzados. ¿Cómo es posible que después de tanto apoyo y tanta protección esté pasando esto? Nadie va a defender esas cosas que se están viendo en los medios de comunicación”, aseguró el ex diplomático.

Hay mayor preocupación entre los demócratas. En diálogo con este diario, el senador Bob Menéndez, miembro del Comité de Finanzas por donde tendrá que pasar el TLC en su proceso de aprobación, explicó: “Yo tengo un gran respeto por el presidente Uribe y entiendo la necesidad de tener mano dura para poder recuperar la soberanía contra el narcotráfico, pero nos pone a pensar si para liberar al país se están balanceando todos los aspectos de la democracia”.

Sin duda la reelección es hoy el tema principal en Washington. Y el cambio de la Constitución por segunda vez en menos de cinco años, es una de las críticas más duras. “Cambiar la Constitución es una decisión del pueblo colombiano y ellos deben decidir lo mejor para su país. Pero no hay que olvidar que la Constitución crea una estabilidad y les da a los ciudadanos el entendimiento y la claridad sobre las reglas para vivir en su país. El cambio simplemente para propósitos políticos me inquieta en todo el hemisferio, no solamente en Colombia”, dijo el senador Menéndez.

Frechette concluyó: “En EE.UU. consideramos que ocho años en el poder son más que suficientes”.

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NO a la reelección

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PORTADA. Un tercer período de Uribe tendría graves repercusiones institucionales para el país.

Sábado 9 Mayo 2009

El país se está deslizando gradualmente hacia una reforma constitucional que tendrá serias implicaciones institucionales: la segunda reelección del presidente Álvaro Uribe. En los próximos días, la Comisión de Conciliación del Senado y la Cámara llegará a un acuerdo sobre la modificación del texto original del referendo y con esto quedará el camino abierto para un tercer período del actual Presidente. Que esto sea casi un hecho cumplido nos obliga a analizar las consecuencias que tendrá esta medida.

La segunda reelección es mucho más grave que la primera. La anterior, a pesar de la controversia que suscitó, tenía cierta justificación política e institucional. Por un lado, se estaban obteniendo grandes avances en la guerra contra la subversión que ameritaban continuidad. Por otro, existía un consenso de que un período único de cuatro años era un plazo demasiado corto para culminar una obra de gobierno. Esta combinación de factores, jalonados por la popularidad de Álvaro Uribe, hizo posible que se rompiera el tabú que había existido en Colombia durante el siglo XX sobre los peligros de la reelección inmediata.

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