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El ahijado de Tomás

El ahijado de Tomás
Por Daniel Coronell

OPINIÓN.Curiosamente, Javier Socarrás se ha cruzado con frecuencia con los personajes que han tenido a Tomás Uribe en medio de controversias.
Sábado 8 Agosto 2009

Tomás Uribe, el próspero hijo del Presidente, tiene bajo su amparo a un controvertido político. El protegido se llama Javier Enrique Socarrás Amaya y actualmente aspira a la Cámara de Representantes por las negritudes. Socarrás se ha promovido y ha medrado valiéndose de su cercanía con el delfín. Hace campañas políticas usando el nombre del hijo mayor del mandatario(Ver campaña al concejo.jpg). Se hace pasar por abogado. Atribuye a su gestión obras del Invías en La Guajira e invoca su amistad con Tomás Uribe para hacer diligencias en dependencias oficiales, incluida la Presidencia de la República.

A pesar de que las evidencias han quedado en el despacho del Jefe de Estado y en el Ministerio de Protección Social, a Socarrás -como al campero de la propaganda- nada le pasa.

Por ejemplo, nadie le ha preguntado hasta ahora por qué -en una grabación efectuada en 2006 por el saliente notario de Tunja- una voz sorprendentemente parecida a la de Javier Socarrás afirma: "Nosotros llegamos y el mismo día Tomás, yo soy muy amigo de Tomás… y con ella tenemos una amistad desde mucho tiempo… y en seguida Tomás cuando fuimos allá, llamó al secretario general Moreno y listo, eso fue una orden enseguida". (Ver video grabación)

Según esa conversación, lo que "salió enseguida" fue el nombramiento como Notaria Segunda de Tunja de Luz Marina Campo, la mujer que en la misma grabación afirma que es cuota de Tomás Uribe, aunque ahora asegure que lo dijo en chiste.

La señora Campo, cuyo nombre salió a la luz pública hace unas semanas por las denuncias del ex superintendente Cuello Baute sobre las notarías de la reelección, está casada con Milton Contreras, en esa época alto funcionario de la superintendencia.

Curiosamente, Javier Socarrás se ha cruzado con frecuencia con los mismos personajes que han tenido a Tomás Uribe en medio de controversias durante los últimos meses.

En un video de un acto político de la campaña de Socarrás al Concejo de Bogotá, aparece a su lado el ingeniero Tomás Uribe. El primogénito presidencial no disimula que está ahí para promover a su candidato, como lo muestra además la propaganda de campaña. Entre los asistentes al mismo acto están la notaria Luz Marina Campo y su marido, Milton Contreras. (Ver video acto Socarrás)

La señora Campo fue nombrada Notaria de Facatativá el 27 de marzo de 2006 y menos de un mes después, el 26 de abril, fue promovida a Notaria de Tunja (Ver nombramientos.jpg). Su marido, Milton Contreras, inició una serie de visitas a la Casa de Nariño cinco meses antes del primer nombramiento (Ver reporte de visitas a Casa de Nariño01.jpg). En el reporte oficial de entradas a la sede presidencial aparecen 12 visitas de Contreras a la Secretaría General y a la Secretaría Jurídica de la Presidencia, incluidas dos que tuvieron lugar apenas una semana antes de que su mujer se convirtiera en notaria de Tunja por decreto presidencial (Ver reporte de visitas a Casa de Nariño02.jpg).

Milton Contreras es el mismo hombre que depositó casi 20 millones de pesos en las cuentas bancarias de Teodolindo Avendaño dentro del caso de la Notaría 67 de Bogotá, pero sigamos hablando de Javier Socarrás.

Socarrás logró que el alcalde de Mosquera, Cundinamarca, Álvaro Rozo Castellanos, impulsara un festival vallenato en esta localidad de la Sabana de Bogotá. Álvaro Rozo es el mismo alcalde cuya administración promulgó el plan parcial que permitió que unos terrenos en los que tienen intereses los hijos del Presidente fueran aptos para convertirse en Zona Franca.

Los delfines multiplicaron por 100 su inversión, después de que subalternos de su padre declararan la Zona Franca de Occidente. Poco antes, una empresa de la familia del alcalde Rozo -quien también aumentó el índice de ocupación de esos lotes- terminó adquiriendo parte de los terrenos a un precio mucho menor del pagado por otros compradores en esos mismos días.

Si alguna autoridad quisiera averiguar sobre estos temas, sin duda Javier Socarrás podría ser un testigo interesante.

La soberana gana

Revista Semana
Por Antonio Caballero


OPINIÓN.Cuando quisieron salir de Noriega, lo definieron como narcotraficante. Y para capturarlo bombardearon panamá desde la base de Howard

Sábado 8 Agosto 2009

La tesis del gobierno es que la soberanía consiste en entregar la soberanía. Y sí, bueno: paradójicamente, esa entrega constituye un acto soberano. Para ceder algo, es necesario tenerlo. En la Roma antigua, y también en los Estados Unidos de los tiempos de la colonización del salvaje Oeste, se daba con frecuencia el caso de hombres libres que se vendían a un rico en calidad de esclavos por un período determinado, y a veces de por vida. La esclavitud voluntaria no es un estado particularmente decoroso, pero en fin: cada cual pone su honra donde le cabe.

Ahora bien: esas cosas hay que explicarlas. El de las bases norteamericanas en territorio colombiano no es "un acuerdo transparente", como lo llama el general Freddy Padilla, comandante de las Fuerzas Militares. Tan no lo es, que el presidente Álvaro Uribe tuvo que emprender una atropellada gira por siete países amigos para explicárselo en persona a sus presidentes en reuniones a puerta cerrada, no quiso, en cambio, dar esas mismas explicaciones en público, como se lo pedían los presidentes de Brasil y Chile en la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se reúne en estos días, en Quito. Pero donde hay que dar explicaciones no es ni en Unasur públicamente, ni en privado en Lima o en Asunción, sino aquí.

Ese acuerdo, que el general llama "transparente" a pesar de que es secreto, hay que explicárselo a los ciudadanos colombianos, y no a los mandatarios extranjeros. Y en primer lugar a sus representantes en el Congreso de la República, tal como lo dispone la Constitución, ese pobre papel con el cual limpian periódicamente las vergüenzas el presidente Uribe y sus áulicos. Sin duda el Congreso, que es uribista y arrodillado, aprobaría la cesión de la soberanía si se lo preguntaran. Pero darlo por sentado desdeñosamente de antemano equivale a señalar la inutilidad del Congreso, reducido al papel de pagar sueldo a los congresistas para que rubriquen las iniciativas del Presidente: de ahí a cerrarlo no hay un paso (y el cierre constituiría un importante ahorro para la vena rota del gasto público). Como sólo es un paso el que lleva a nombrar por decreto Fiscal y Procurador desde el engorroso método actual de presentarles a las cortes ternas impresentables. Y un paso es el que lleva a clausurar también las cortes, en vez de tener que recurrir al fastidioso recurso de no acatar sus fallos .

Serían pequeños pasos que, sin duda, la opinión uribista aplaudiría con los ojos cerrados (y la boca también: es "mayoría silenciosa"). ¿Y por qué no dar otro más, y cerrar también la prensa? Así se evitaría la costosa extravagancia de hacer giras de explicación "mudas", como han dado en llamar a las que excluyen las declaraciones públicas. Porque ¿cómo hacer declaraciones públicas sobre tratados secretos?

Tan secreto es este que ni siquiera lo conoce el Congreso de la contraparte, el de los Estados Unidos. O, al menos, no se sabe que lo conozca. Ni lo conocía el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, a no ser que estuviera mintiendo deliberadamente cuando aseguraba hace un año que no habría bases. Y por lo visto no lo conoce tampoco el nuevo ministro, a quien ni siquiera invitaron a la Conferencia de Seguridad de Suramérica convocada en Cartagena, al alimón, por las Fuerzas Militares de Colombia y el Comando Sur de los Estados Unidos. (De este comando viene la palabra "Sur" del título de la conferencia, que en inglés se llama "SouthSec").

Fue allí, en los salones del Santa Clara Luxury Hotel, donde el general Padilla The Lionheart filtró la información reservada de que las bases para uso de los norteamericanos en Colombia ya están entregadas y no van a ser ni tres ni cinco, como se había hecho creer en un principio, sino siete: dos navales, dos terrestres y tres aéreas. Y añadió sibilinamente que "nadie distinto a los terroristas y a los narcotraficantes debe temer por este acuerdo".

Pero ¿y quién define quién es un "terrorista" y quién es un "narcotraficante"? Los Estados Unidos. ¿Y cómo? Pues como les dé la soberana gana, de acuerdo con lo que les dicte su interés. Sobran los ejemplos. Para poner uno geográficamente cercano: cuando quisieron desembarazarse del general panameño Noriega, que se había vuelto incómodo para ellos después de haberles prestado durante años invaluables servicios a sueldo de la CIA, lo definieron de pronto como narcotraficante. Y para capturarlo bombardearon la ciudad de Panamá desde la base Howard que entonces manejaban, amistosamente por supuesto, en su territorio. Por eso tienen razón en sus temores los Presidentes de Venezuela y Ecuador: su vecindad con las bases norteamericanas en Colombia los pone a tiro. Y tienen razón también los de Brasil y Uruguay y Bolivia y Paraguay y la Argentina y Chile: todos esos países padecieron feroces dictaduras impuestas y respaldadas por los Estados Unidos. Saben por experiencia -que lo diga la presidenta chilena Michelle Bachelet, torturada en las cárceles de Pinochet- que los amigos norteamericanos no son de fiar.

Y a lo mejor tiene también razón, desde su propio punto de vista, el presidente Uribe: con la cesión de las bases militares quiere comprar su respaldo. Así hizo Franco en España. Y gracias a eso murió cuarenta años después tal como quiere Uribe: en su cama, y en palacio.

"Rechazo presencia de militares norteamericanos en Colombia"
El precandidato Carlos Gaviria, del Polo Democrático, dijo que rechaza la presencia militar de Estados Unidos en Colombia y que le parece que el debate sobre el tema debió hacerse en Unasur y no país por país.
08/05/2009

Camino de la incertidumbre

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La sensación que se vive en Colombia es que los temas de la agenda nacional ya no son los de la amenaza del paramilitarismo y las Farc, sino que estos se han convertido simplemente en el instrumento de política externa e interna, para el desarrollo de hechos mucho más complejos que nadie sabe hacia dónde pueden conducirnos.

El primero es el de las relaciones con Estados Unidos e Israel, por una parte y, Ecuador y Venezuela, por la otra. Es una réplica, en pequeño, de la Guerra Fría que se vivió hasta la caída del Muro de Berlín, cuando el mundo evolucionó del bipolarismo que alineó al mundo, entre el socialismo liderado por la Unión Soviética y, el capitalismo, por Estados Unidos.

Colombia ha ingresado de lleno al espacio de la confrontación, que no de la conciliación, con el acuerdo de permitir la utilización de las bases militares por parte de los norteamericanos, lo que es percibido por otros países de la región con gobiernos de izquierda, como el preludio de una agresión militar.

Para justificar este hecho, se desarrolla una guerra mediática para presentar a Venezuela y Ecuador como apéndices de las debilitadas Farc, a partir de hechos aislados y que se pretenden mostrar como parte de las políticas de Estado de esos países.

No podemos olvidar que Venezuela y, en menor medida, Ecuador, tienen un potencial petrolífero muy importante en la región y son estratégicos para la política energética norteamericana. Ahora surge un nuevo actor, a partir de la visita que realizará por primera vez en treinta años a nuestros países el Canciller de Israel, para tratar de equilibrar las relaciones en aumento de Brasil y Venezuela con su 'archienemigo' el Gobierno de Irán.

El segundo, es consecuencia del anterior y tiene una profunda influencia sobre la política interna nacional, ya no se trata tan solo de la 'Seguridad Democrática' de Colombia, sino de la 'seguridad regional' suramericana. Uribe y su Gobierno pretenden convertirse en el adalid en esta parte del mundo de la política, como parte de un 'círculo virtuoso' en la lucha contra el 'terrorismo'. Se juega al nacionalismo y a crear un 'Estado de Opinión' que haga inevitable su continuidad en el poder.

Frente a esta geopolítica, los diferentes actores nacionales se convierten en marionetas: los actores económicos ven deteriorar su situación, impotentes frente a las relaciones con los países vecinos, inquietudes que serían mitigadas con la aprobación del Tratado de Libre Comercio por intereses estratégicos de Estados Unidos.

Los actores políticos con multitud de candidatos y 'candidotes', ya no saben ni siquiera qué hablar o qué decir. Se quedan sin discurso y deberán limitarse a los nuevos temas de la agenda y, los actores sociales sin organizaciones fortalecidas, poco aportan a la discusión nacional. Los intelectuales, condenados a la misantropía: hablan, pero nadie los escucha.

¿Cuándo nos metimos en tamaño embrollo de una tramoya regional donde somos actores de reparto movidos por los hilos de una geopolítica de inmensos intereses? Mientras tanto, el 'gringo ahí', promoviendo los conflictos entre pueblos hermanos, simplemente para mantener estables sus intereses en la región. Yo no sé si es el camino a la locura. Por mi parte, debo confesarlo, llevo un semestre hablando solo.

Germán Umaña Mendoza

El computador de Palacio

Por Daniel Coronell

OPINIÓN.Las ocho páginas de excel se pueden ver en Semana.com y permitirán formarse su propia idea sobre meritocracia y politiquería

Sábado 25 Julio 2009

La mejor prueba de la manera como el gobierno compró la primera reelección de Álvaro Uribe está en documentos electrónicos de la propia Presidencia de la República. Un computador que han manejado los asesores Juan David Ortega, Hernando Angarita y Claudia Salgado registra las diferentes prebendas con las que pagaron la reforma constitucional (antes, durante e incluso dos años después de su aprobación).

Al tema notarial, cuyo rompecabezas se empieza a armar gracias al testimonio del ex superintendente Manuel Guillermo Cuello Baute, se le debe sumar ahora un documento que tengo en mi poder y que muestra los movimientos efectuados en la nómina diplomática y consular del país en los meses siguientes a la aprobación del 'articulito'.

Se trata de una planilla de Excel, (Ver icono.jpg) titulada 'Temas Internacionales 2006', que en cinco columnas deja claras las identidades de los padrinos de varios funcionarios y de sus eventuales reemplazos para pagar nuevos favores.

Por ejemplo, el entonces representante Jaime Amín, quien para la época era el hombre de José Name en la comisión primera de la Cámara, recibió al menos dos puestos importantes por su voto a favor de la reelección. Su esposa, Claudia Margarita Betancur, fue nombrada notaria sexta de Barranquilla por el presidente Uribe y Sabas Pretelt, por aquellos días Ministro del Interior y Justicia.

Ese nombramiento ocurrió nueve meses después de la aprobación de la reelección. Sin embargo, la buena racha burocrática y económica de la familia de Amín no paró ahí. Apenas tres días después del nombramiento de su esposa, el Ministerio de Relaciones Exteriores designó cónsul en Nueva York al cuñado del representante y hermano de la nueva notaria.

El documento Excel muestra el nombre del funcionario Javier Ernesto Betancur y entre paréntesis el de su padrino: Jaime Amín. (Ver New York.jp)

Name también recibió lo suyo. En el mismo papel elaborado en 2006 está registrado el nombramiento de su hija Margarita Rosa Name en la Misión de Colombia ante la Organización de Naciones Unidas. (Ver ONU.jpg)

Varias personas me han contado que Jaime Amín se apartó de la casa Name y que ahora busca construir una carrera política alejada de las prácticas de su antiguo jefe. Me temo que su pasado empañará sus buenos propósitos.

El Excel de la Presidencia también deja conocer las identidades de quienes estaban rondando los puestos para esas fechas. Al lado del nombre de Pablo Toloza Acevedo, según el papel secretario de la Embajada en Italia, hay una columna de aspirantes al cargo que en negrilla señala: "Qué hacer hijo de José Obdulio". (Ver italia.jpg)

En cambio, hay otros marcados como intocables. Es el caso de Pedro Álvaro Pava, que tiene entre paréntesis la anotación: "No tocar María Eugenia Gutiérrez". (Ver Paraguay.jpg)

Las ocho páginas de Excel se pueden ver en semana.com y permitirán formarse su propia idea sobre meritocracia y politiquería. (Ver documento)

El registro en el sistema muestra que el documento fue creado el martes 18 de julio de 2006 a las 10:19 de la mañana, e impreso ese mismo día a las 6:45 de la tarde. (Ver creado.jpg)

El documento tiene la firma electrónica de su autor. Se llama "juanortega" y el office que sirvió para su elaboración fue registrado a nombre de la organización "Presidencia de la República". (Ver autor-JuanOrtega.jpg)

Juan David Ortega fue asesor de la Secretaría General de la Presidencia de la República, de allí pasó a ocupar la Secretaría General del Ministerio de Agricultura y ahora es directivo de la campaña presidencial del ex ministro Andrés Felipe Arias.

Hace unos meses, Ortega se negó a responder las preguntas de la Corte Suprema de Justicia sobre su relación con Teodolindo Avendaño. Alegó el derecho a no autoincriminarse.

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La ayuda


Por Antonio Caballero

OPINIÓN. El aumento de la ayuda norteamericana que tan contento tiene a este gobierno sólo servirá para agravar la guerra que vivimos.

Sábado 18 Julio 2009

Primero dijo el entonces Ministro de Defensa Juan Manuel Santos que el gobierno no les daría una base militar a los Estados Unidos. Aquí mismo comenté que esa era la prueba de que pensaba darles varias. Y así ha sido. El actual ministro de Defensa, general Freddy Padilla, informa que son tres: Malambo, Apiay y Palanquero. Agrega que, si por el gobierno fuera, serían por lo menos cinco: "Nosotros hemos solicitado -dijo- entregar también Larandia y Tolemaida". Y al parecer serán en realidad siete, contando las bases navales de Cartagena y Bahía Málaga, que recibirán "visitas" de los buques de guerra norteamericanos. Agrega el general que no es necesario ni siquiera consultar al Congreso (lo cual, en el lenguaje de este gobierno, significa que no van a comprar congresistas con embajadas y notarías), porque "los expertos en esta materia consideran que no se trata de nada nuevo". Y es verdad: la entrega de las bases forma parte de la larga tradición cipaya de abyección ante el imperio de todos los gobiernos de Colombia. Tanto es así que ni siquiera sorprende que esa haya sido la manera escogida por el de Álvaro Uribe para celebrar el bicentenario de la independencia del imperio anterior. Pero lo cierto es que da vergüenza ajena. Tanta, que por contraste parece menos grotesca la idea municipal de los globos aerostáticos con anuncios publicitarios.

Y explica el Presidente, como siempre, que la entrega de las bases a los norteamericanos tiene por objeto conseguir "que nos ayuden en esta batalla contra el terrorismo y el narcotráfico".

Como siempre, digo, porque esa es la excusa (también tradicional) que alega el gobierno para cualquiera de sus actos. Para subir los impuestos o para bombardear a los vecinos, para no llevar a juicio a los paramilitares o para no compensar a sus víctimas. Para lo que le convenga o para lo que se le ocurra. Parece como si no se hubiera dado cuenta de algo que ha sido de sobra comprobado en la historia ya larga de esos dos fenómenos: que ambos son generados en buena medida por la ayuda norteamericana.

En el caso del narcotráfico la evidencia es tan clara que ha acabado por convencer incluso a personas que, en su momento de poder local, se inclinaron ante la presión imperial de los Estados Unidos para combatirlo a sabiendas de que ese combate es la mejor manera de fortalecerlo: es el caso de los ex presidentes Gaviria de Colombia, Zedillo de México y Cardoso de Brasil, firmantes de un reciente documento en el que reconocen que la guerra contra la droga ha sido no sólo inútil sino contraproducente. Ha destruido física y moralmente los países a la vez que conseguía que aumentara el consumo del producto y el poder y la riqueza de las mafias que lo manejan.

En el caso del terrorismo, antes llamado subversión, la relación de causa a efecto también es notoria aunque esté velada por la ideología. No sólo en Colombia, sino en todos los países que han conocido el fenómeno este ha sido fortalecido por el antiamericanismo, fruto a su vez de la "ayuda" procurada a sus gobiernos por los Estados Unidos para combatirlo. Y así es tanto en los países en los que la subversión, hoy llamada terrorismo, ha sido derrotada (la Argentina o Chile), como en los que ha triunfado (Cuba o la Nicaragua de la primera victoria sandinista). Y esto no sólo en América sino en Asia y en África, de Vietnam al Congo, e inclusive en la Europa de la Guerra Fría. Para no hablar del Oriente Medio.

De manera que el aumento de la ayuda norteamericana que tan contento tiene a este gobierno sólo servirá para agravar la guerra en que vivimos. Lo cual explica, de rebote, el contento del gobierno: él vive de que esa guerra se mantenga. Si en Colombia hubiera paz, no habría Uribe.

Me viene a la memoria el razonamiento con el cual la señora Jeanne Kirkpatrick, asesora de Seguridad de Ronald Reagan, trató de persuadir al gobierno de Costa Rica de que aceptara la ayuda norteamericana para armar un ejército, inexistente en el país desde los años cincuenta. "Lo necesitarán -les dijo la consejera de Reagan- para combatir la subversión". "Es que en Costa Rica no hay subversión", le respondieron. Y ella concluyó: "La habrá en cuanto tengan un ejército".

Desprecio por la ley

Opinión| 18 Jul 2009 - 1:27 am

Ramiro Bejarano Guzmán

Notas de Buhardilla

Por: Ramiro Bejarano Guzmán
NADA DE LO QUE HACE ESTE GOBIERno corrupto, mafioso y perseguidor, se apega a la ley. Siempre hay un camino del atajo, para que lo impresentable parezca normal, o para que se vean decentes quienes no lo son.

El más reciente ejemplo tiene que ver con las bases militares en Colombia, episodio que el Gobierno pudiendo haber manejado sin suscitar molestias, lo convirtió en un enredo. Nadie se opone a la cooperación americana en la lucha contra el narcotráfico, pero resulta que nuestra Constitución, en los artículos 173 y 237, tiene definido que el tránsito de tropas extranjeras en nuestro territorio tiene que ser autorizado por el Senado y además consultado con el Consejo de Estado.

Tuvo que protestarle al Gobierno el presidente del Consejo de Estado, Rafael Ostau de Lafont, para que los ministros del Interior y de Relaciones Exteriores salieran precipitadamente a decir que sí lo consultarían, antes de concluir el acuerdo sobre presencia militar gringa en tres bases criollas. Pero como primero cae un mentiroso que un cojo, se les olvidó a los ministros que llevan muchos días diciéndonos que ya estaba concluido el acuerdo con los Estados Unidos, de manera que lo que hicieron fue avanzar en esos trámites sin haber oído al Consejo de Estado, ni haber solicitado la autorización del Senado. Cuando se sintieron cogidos, acataron a medias la ley.

Y claro, a un Procurador cómplice, como Alejandro Ordóñez, le importa un pito que se violen normas constitucionales.

El mismo desdén del Gobierno por el derecho se da con su empeño en sacar adelante el referendo reeleccionista, cuyos promotores siguen gozando de impunidad a pesar de los graves delitos de que están acusados.

La última que se ha inventado el Gobierno es el disparate que ha propalado el jefe del transfuguismo político, Rodrigo Rivera, según el cual, los parlamentarios podrían votar el irregular referendo sin verse expuestos a una acusación penal, si lo hacen por orden de las bancadas de cada partido. Es decir, que todos delincan para que no se note, y además por cuenta de los partidos, que no son sujetos de responsabilidad penal.

Y el tema de la elección de Fiscal, salpicado de múltiples dudas, parece no importarle al Gobierno. Cuando esperábamos un comunicado de la Presidencia en el que supuestamente se pronunciaría sobre todos los sucesos que han rodeado este accidentado nombramiento, en vez de una explicación sensata divulgaron un listado de sentencias supuestamente proferidas por uno de los candidatos, sin aclarar que el 90% de esos fallos fueron proyectados por otros funcionarios. Sobre las acusaciones y reparos a los aspirantes, ni pío.

A propósito, es obvio que el doctor Juan Ángel Palacio, acusado por un magistrado auxiliar, tiene derecho a la defensa, pero sobre todo a una que convenza, pues asunto tan grave no puede enterrarse con una decisión tan endeble como la que profirió la Fiscalía, además sin su presencia y la del denunciante.

Lo que sí no puede ocurrir es que el valeroso y recto magistrado auxiliar del Consejo de Estado Hugo Marín termine siendo el chivo expiatorio de este espinoso cuento. Conozco de vista, trato y comunicación a Marín, desde los salones del Externado, donde fue mi discípulo —por cierto destacado—, luego mi subalterno cuando ejercí responsabilidades públicas, después he sido testigo de su rectitud y dedicación en la rama judicial. Si hubiere muchos Marín en la justicia, otra sería la historia.

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Adenda. ¿Quiénes de los ambientalistas a ultranza que hoy se rasgan furiosos las vestiduras por el fusilamiento de los hipopótamos, protestaron por los “falsos positivos”?

notasdebuhardilla@hotmail.com

  • Ramiro Bejarano Guzmán

Julio y Uribe

Opinión| 17 Jul 2009 - 10:08 pm

Álvaro Camacho Guizado

Julio y Uribe

Por: Álvaro Camacho Guizado
EN LO QUE VA CORRIDO DE ESTE MES se han presentado diferentes sucesos que deben tener preocupado al presidente Uribe.

En algunos no porque sienta que ha actuado mal, sino porque con ellos se ha dibujado un panorama del país que contradicen lo que él ha expresado como su ideal de “patria”.

En primer lugar, se ha producido un nuevo “falso positivo”. No se trata esta vez de matar jóvenes inocentes para hacerlos pasar por subversivos. No, ahora se trata de dar la orden de matar a un hipopótamo, también inocente, porque los responsables del Ministerio del Medio Ambiente no sabían qué hacer con él. Se pretendió obviar el problema con una solución bárbara, que se disfrazó de un acto de protección a unos campesinos que se quejaron de que el animal había matado unas vacas, pero que no querían que se matara a ‘Pepe’, como lo habían bautizado en un acto que refleja cierta compasión.

En segundo, la terna enviada a la Corte para la elección del Fiscal General. Según expertos juristas, ninguno de los tres candidatos cuenta con mérito. Uno de ellos ha sido denunciado por ejercer tráfico de influencias; otro por haber auspiciado la práctica de los “falsos positivos”, y la tercera por su falta de experiencia en el poder judicial y por mostrar como méritos que fue asesora del presidente cuando era gobernador de Antioquia y ser asesora del Ministro de Transporte. Su selección por parte del Presidente mostró que es más importante tener amigos que jueces en el poder judicial.

El tercero, el anuncio de que el mandatario ofrece al gobierno de Estados Unidos tres bases aéreas, y le ofrece otras dos como ñapa, muestra que los esfuerzos para congraciarse con Obama y lograr que el Congreso de ese país conceda el TLC no encuentran límites en la dignidad y la soberanía.

Ni en la lógica: si el presidente insiste en que el gobierno va ganando la guerra contra las Farc, y que el narcotráfico se ha reducido (así lo informó el ex ministro Santos), no se ve por qué se necesitan bases militares estadounidenses. No importa tampoco que la decisión no sea consultada con el Congreso de la República, ni con la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. Basta que sea una decisión presidencial. Y punto.

Cuando en América Latina se respiran ciertos aires de independencia y alguna altivez frente a los Estados Unidos, Uribe se ubica en el viejo modelo de subordinación a la potencia, lo que sin duda obstaculizará las relaciones con los demás gobiernos de la región. Eso de tratar de establecer un rotundo contraste con el presidente de Ecuador puede servir para satisfacer el fanatismo de los enemigos de Chávez, Correa y Evo, pero no nos acerca a otros presidentes más sensatos. Al contrario, menos confiarán en Uribe como aliado.

Estos hechos del mes no se pueden utilizar para criticar a Uribe porque no ha cumplido con su programa original de 2002, el Manifiesto Democrático de los Cien Puntos. Cualquiera que lo lea se da cuenta de que en él el candidato no se compromete de manera explícita con la protección del medio ambiente (lo que incluye no matar animales inocentes); tampoco se la juega por la independencia de la Rama Judicial (sólo promete más celeridad en la aplicación de la justicia). Y menos en la garantía de gobernar un país soberano, con una política exterior independiente y digna.

  • Álvaro Camacho Guizado

¿Ministra de Educación?

ELESPECTADOR.COM

Lisandro Duque Naranjo | 20 Junio 2009 - 2:43am

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¿Ministra de Educación?

Por: Elespectador.com
ESCUCHÉ A LA MINISTRA DE EDUCAción, Cecilia María Vélez, decir por la W, antes de tirar el teléfono cortando displicentemente la entrevista, que “el (reelegido) rector de la Universidad Industrial de Santander, Jaime Alberto Camacho Pico, ha cumplido una buena gestión”, motivo por el cual el Gobierno apoya su continuidad en el cargo.

Esta decisión coincide con el momento en que el rector Camacho Pico fue pillado en una grabación telefónica de hace dos años que lo vincula con un “plan pistola”, en alianza con “las ‘Águilas Negras’ ”, contra profesores y estudiantes de esa universidad “que anden en pasos de izquierda”.

Es la segunda vez que le oigo a la Ministra estar satisfecha con rectores universitarios, sin importarle que éstos tengan compadrazgos con bandidos. Hace pocos años elogió también “la buena gestión” del entonces rector de la Universidad de Córdoba, quien llenó con fichas de Mancuso los cargos administrativos y académicos del Alma Máter monteriana. El dominio ‘paraco’ en esa Universidad —que ignoro cómo esté ahora— fue el corone burocrático de 15 años de las Auc eliminando profesores y alumnos por el solo hecho de que miraban feo, o hablaban duro, o eran de izquierda. Pero como al que no quiere una se le dan dos tazas, la doctora Vélez está contenta con la reelección del rector Camacho Pico en la UIS. Demasiada frescura y dejadez la suya respecto a posibles reincidencias de tan oscuro personaje. O aunque no incurriera en ellas: a una ministra de Educación le debiera bastar ese pasado en cualquier ser humano para omitirlo como directivo de juventudes. En realidad la señora, por su ceño y estilo, da la sensación de ejercer ese ministerio por mero accidente, y que fuera más bien el de Defensa, o la dirección del DAS, lo que de verdad le dictara, pues la inteligencia que se imparte en esos antros es la que le da la talla. Aún así, le recuerdo que hay cargos —el suyo verbigracia— en los que hay que disimular más que en otros el desdén por la vida de los demás, en este caso estudiantes.

Cada vez me pesa menos la mano para escribir que las “buenas gestiones” que la Ministra les atribuye a esos rectores consisten justamente en las conductas delincuenciales que al final terminarán probándoseles. Ella es una mujer de la guerra, sin duda. En todo caso me parece un imposible moral que a personas de trayectoria tan reprobable las considere dignas de absolución, o del beneficio de una duda excesiva, sólo porque son competentes en lo administrativo, construyen aulas, amplían cupos y disminuyen costos de funcionamiento. Eso no me rima. De hecho no me olvido de una frase tenaz que le escuché a una matrona paisa, hace muchos años en mi pueblo, cuando hablábamos de un tipo que ya tenía cuatro muertos encima: “Asesino sí es ese hombre, pero como hijo es una maravilla. Hay que ver esa casa que le compró a la mamá”. No llegaré yo a la ortodoxia ética de Gandhi, pero no sobra citar una sentencia suya: “Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible”.

Aprovecho lo del todo indivisible para exonerar de incoherencia a la funcionaria aludida: su jefe, el Presidente, todavía no se desdice de su frase “es un buen muchacho”, pronunciada a propósito del forajido Jorge Noguera. Ni de muchas más expresadas sobre una cantidad de amigazos que ya están tras las rejas. De modo que ahí la van, doctora.

Me sube el ánimo la certeza de que los estudiantes de la UIS no van a aguantarse esa conspiración, diseñada en vísperas de vacaciones, o anticipándolas, cosa que al retornar a clases ya la marea del repudio a ese rector se haya disipado. Pero esa muchachada no es tan pinga. La UIS exhala en su campus un vaho como de revuelta que terminará venciendo a la cómplice Ministra manizaleña, al ominoso caballista antioqueño, a ese rector que deshonró su claustro y a esas águilas de pacotilla que lo que quieren es meter miedo.

lisandroduque@hotmail.com

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Tocando techo (José Obdulio Gaviria no ha considerado necesario aclarar cuál ha sido su relación con este mafioso)


Opinión José Obdulio Gaviria no ha considerado necesario aclarar cuál ha sido su relación con este mafioso.

Daniel Coronell

Un veterano mafioso que ha sido miembro de los carteles de Medellín y del Norte del Valle fue el verdadero organizador de la reunión de la 'Casa de Nari'. El encuentro entre emisarios de alias 'Don Berna' y altos funcionarios del gobierno tenía el propósito de buscar elementos para desprestigiar a la Corte Suprema de Justicia que ha adelantado la investigación por la para-política.

Un cotejo técnico de voces, ordenado por una fiscal, determinó que Tapias Ospina es la persona que le informa al asesinado alias 'Job' que "ha organizado el tinglado" para la reunión. La revelación, iniciada por el Nuevo Herald de Miami, demuestra que personas del más alto nivel en el gobierno de Colombia han tenido relaciones con miembros de la mafia y, en algunos casos, han hecho causa común con ellos.

En la comunicación, Tapias le anuncia a 'Job' que a la reunión "va el curita, y va el jefe de los abogados…". Hasta ahora el secretario de Prensa de la Presidencia, César Mauricio Velásquez, ha sostenido que su presencia en ese lugar fue causal y nunca estuvo programada. ¿Por qué, entonces, Tapias Ospina afirmó con anterioridad que "el curita" iba a ir al encuentro?

Gustavo Tapias Ospina, alias 'Techo', tiene una larga hoja de vida criminal, con registros desde 1984, cuando manejaba rutas del narcotráfico a través de México para Pablo Escobar y Gerardo Moncada, alias 'Kiko'. Después del asesinato de este último por parte de Escobar, Tapias se hizo cargo de una ruta estrella conocida como la 'Fania', que lo convirtió en multimillonario.

En 1993, Tapias Ospina, junto con otros 11 narcotraficantes, entregó a las autoridades información sobre los crímenes de Pablo Escobar. Para algunos fue un gesto de altruismo de unos delincuentes arrepentidos, para otros, sólo una inversión para quitar del medio al 'patrón' convertido, ya en ese momento, en el mayor obstáculo para el negocio.

Tapias Ospina, dentro de su confesión de 1993, reveló detalles sobre los asesinatos del procurador general Carlos Mauro Hoyos, y del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, y entregó datos sobre el funcionamiento de la 'Fania'.

Como sea, esos delincuentes de los que Tapias hace parte, conocidos desde esa época como los 'Doce del Patíbulo', recibieron una especie de generosa amnistía firmada por el entonces vicefiscal, Francisco José Sintura. Usando esa resolución legalizaron la mayor parte de sus fortunas.

Varios volvieron a delinquir. Uno de ellos, Luis Enrique 'Miky' Ramírez, fue temporalmente a la cárcel en Colombia. Otro, Gabriel Puerta Parra, fue extraditado a Estados Unidos. Algunos desaparecieron sin dejar rastro y otros empezaron a moverse, sin mayores inconvenientes, en altos círculos políticos y empresariales.

Tapias Ospina se convirtió en un próspero hacendado e incluso llegó a hacer amigos en las agencias antinarcóticos de Estados Unidos, gracias a la información que entregaba sobre sus viejos socios. Sin embargo, nunca paró de delinquir. Desde 1994, un año después de la polémica amnistía de la Fiscalía colombiana, era buscado en Francia por narcotráfico dentro de una operación llamada 'Margarita'.

Nada de eso fue obstáculo para que entablara relaciones con asesores de la Presidencia de Colombia. Tapias Ospina se reunía y mantenía contacto con el consejero José Obdulio Gaviria y con el asesor para los municipios, Félix Alfázar González Mira. Nadie sabe aún cuáles eran los temas que tenía que tratar con ellos, el narcotraficante.

Hace unos meses, Gustavo Tapias Ospina, también conocido con el alias de 'Alejandro', se entregó a la justicia de Estados Unidos. En febrero fue condenado a 11 años de prisión. Los documentos del FBI señalan que 'Techo' usaba sus amistades para ayudar a narcotraficantes.

José Obdulio Gaviria -tan activo anunciando demandas contra periodistas que se han atrevido a informar que recibía información sobre seguimientos ilegales- no ha considerado necesario aclarar cuál ha sido su relación con este mafioso.

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Uribe cava su propia fosa


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Andrés Oppenheimer

Cuando entrevisté al presidente colombiano Alvaro Uribe el año pasado y me salió por la tangente cuando le pregunté cinco veces seguidas si intentaría cambiar la Constitución para presentar su candidatura a un tercer mandato, pensé que el mandatario estaba tratando de ganar tiempo, y mantenerse en el centro de la escena política de su país. Pero después de los acontecimientos de esta semana, ya no estoy tan seguro.

Tras el voto del Senado colombiano del 19 de mayo a favor de un referéndum que podría permitirle a Uribe cambiar la Constitución y legalizar un tercer mandato consecutivo, muchos colombianos bien informados parecen convencidos de que está planeando seriamente postularse para las elecciones del 2010.

¿Están en lo cierto? ¿Terminará Uribe, quien goza de gran popularidad y merece crédito por haber asestado duros golpes a la insurgencia narcoterrorista de Colombia, siguiendo los pasos del presidente venezolano Hugo Chávez y otros autoproclamados ''hombres indispensables'' que socavaron las instituciones de sus países para permanecer indefinidamente en el poder?

Hay varias razones de peso para pensar que sí.

Primero, a Uribe le resultará cada vez mas difícil decirles a sus partidarios que no se presentará, después de alentarlos --tácita o expresamente-- a gastar mucho tiempo y dinero en reunir firmas para el nuevo referéndum. La revista Semana reportó el 2 de diciembre que la campaña por el referéndum costó US$900,000.

En segundo lugar, Uribe ha sido el blanco de fuertes críticas por grupos de derechos humanos colombianos e internacionales por supuestamente no haber hecho lo suficiente para impedir violaciones en esa área.

El presidente podría estar temiendo que, si deja el cargo, pueda objeto de acusaciones formales de víctimas de abusos de derechos humanos. Y la reciente condena contra el ex presidente peruano Alberto Fujimori por violación de derechos humanos podría haber hecho aumentar los temores de Uribe.

En tercer lugar, si alguna vez Uribe temió que Estados Unidos toleraría alguna medida de su parte para cambiar la Constitución y unirse a las filas de los autócratas electos de Latinoamérica, ahora ha recibido un consentimiento tácito de la secretaria de Estado Hillary Clinton.

Durante las audiencias de confirmación, cuando el senador Richard Lugar interrogó a Clinton acerca de la posibilidad de que Uribe se presentara para un tercer período presidencial, la secretaria de Estado respondió por escrito: ``No creo que esté bien que Estados Unidos trate de determinar el resultado de ningún proceso interno democrático en la región''.

Mauricio de Vengoechea, un consultor político que ha trabajado en cuatro campañas electorales en Colombia, me dijo que ``hay demasiados factores que apuntan a que Uribe se va a presentar''.

Pero también hay poderosas razones para creer que, finalmente, Uribe anunciará que no se presentará.

El anuncio realizado esta semana por el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, informando que este fin de semana dejará su cargo para posiblemente lanzar su candidatura presidencial, sugiere que Santos sabe --o cree firmemente-- que Uribe no se postulará.

Santos, un ex ministro de Comercio Exterior que condujo la exitosa guerra de Uribe contra la guerrilla, le dijo al diario El Tiempo que si Uribe se postula, él no lo hará, pero agregó que tiene la ''intuición'' de que Uribe no se presentará.

Asimismo, cada vez mas colombianos se oponen a una tercera presidencia de Uribe. Arguyen que Colombia se convertiría, como Venezuela, en un país donde no rige la ley y donde los presidentes cambian la Constitución a su antojo. Lo que es más, Colombia no correría peligro, porque seguramente un seguidor de Uribe ganaría la Presidencia, afirman.

Finalmente, Uribe podría descartar la idea de presentarse nuevamente como candidato porque la polarización política que ya está provocando su posible postulación podría tornar ingobernable a el país. Tal como ocurrió con Fujimori, con el ex presidente argentino Carlos S. Menem y con muchos otros que se postularon para una tercera presidencia, Uribe podría terminar mal. ¿Por qué no pasar a la historia como el mejor presidente colombiano de la historia reciente?, podría estar preguntándose Uribe.

Mi opinión: Si Uribe nos está manteniendo en la incógnita para permanecer en el centro de la escena y no debilitarse políticamente antes del fin de su segundo mandato, está jugando este juego por demasiado tiempo.

A menos que anuncie ya mismo que no se postulará, su campaña de reelección no declarada habrá despertado tantas expectativas --y reunido tanto dinero-- entre sus seguidores que ya no habrá marcha atrás.

Esa sería una mala noticia. Uribe perdería toda autoridad moral para criticar a Chávez y a otros autócratas que se erigen en ''hombres indispensables'', y que invariablemente terminan destruyendo las instituciones de sus países. No existe tal cosa como un dictador bueno, y Uribe no sería la excepción a la regla.




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No tanto, doctor Pastrana

ELESPECTADOR.COM


Humberto de la Calle | 23 Mayo 2009 - 2:23am

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Por: Elespectador.com
CON PERDÓN DEL DOCTOR PASTRANA, no puede un ex presidente andar diciendo que el caso del referendo les será indebidamente repartido a magistrados de bolsillo del Presidente. Es una barbaridad.

Una cosa es la profunda legitimidad que asiste a quienes nos oponemos a una reforma constitucional con nombre propio para prolongar de manera indeseable el mandato de Uribe. Más allá del estribillo de que se trata de la voz soberana del pueblo, sabemos que esos largos períodos, sobre todo en regímenes presidencialistas, son fuente de serios desarreglos institucionales y políticos.

Pero me parece aún más grave que circulen sin beneficio de inventario ideas como las que expresó el respetado ex presidente. Si viene el huracán de la reelección hay que tratar de resistir. Pero a eso no podemos agregar que, además, tiremos al tarro de la basura la paciente construcción de instituciones. Pastrana, por su rango y por su experiencia, sabe cuán difícil es construir instituciones. En el legítimo afán de luchar contra la permanencia de Uribe, tampoco podemos acudir al método de Sansón.

Igual de desacertada es la afirmación de muchos columnistas que, de entrada, parten de la base de que la Corte Constitucional sólo es legítima si tumba el referendo, mientras que si lo mantiene, es espuria y condenable. Es como el jugador de fútbol que, de antemano, dice que el árbitro es bueno, sólo si su equipo gana. De la misma manera que repudiamos algunas movidas bastante dudosas del Gobierno, no aceptamos que se juegue con dados cargados: yo también deseo que se caiga el referendo, pero un demócrata (que creo que es lo que estamos tratando de defender) debe aceptar las reglas de juego. Si ello no es así, ¿entonces cuál es la validez de la causa que auspiciamos?

El mecanismo de elección de los magistrados de la Corte fue fijado en el 91 con gran sabiduría. Armoniza con procedimientos semejantes en países avanzados. Por su propia naturaleza, la Corte está situada en el vórtice de las tres ramas del poder: pertenece a la justicia, examina la validez constitucional de las leyes y controla determinaciones importantes del Gobierno. Por tal razón, tiene plena lógica que sea el Senado el que nombre a magistrados que provienen de ternas de las otras dos cortes y del Presidente.

La crisis actual, que es muy seria, no nos debe llevar a obrar por impulsos de coyuntura, para entrar ahora en el proceso febril de ver cómo nos tiramos algo que es sólido. He criticado el papel del Senado, permeado por politiquería e intereses varios. Pero es allí donde está el mal y no en la supuesta e inexistente primacía del Presidente en el escogimiento de los magistrados, aun si él ha llevado a esa alta dignidad a personas de su confianza.

La Corte merece respeto. Un pacto elemental entre colombianos debería basarse al menos en esto: que el Gobierno no manipule, que no haga despliegues de poder indebido y que, en suma, juegue limpio. Y los opositores deberíamos comprometernos a respetar el fallo de la Corte, cualquiera fuese su decisión. En caso contrario, iremos en camino a la barbarie.

Y si la Corte le da la bendición, entonces tendremos el deber de derrotarlo en las urnas, acudiendo a la abstención activa.

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El problema es la teoría

Opinión| 23 Mayo 2009 - 1:31 am

Eduardo Sarmiento

La economía no tiene la universalidad de las otras disciplinas

Por: Eduardo Sarmiento
Cuando alguien desconoce una economía, atribuye los comportamientos a fenómenos fortuitos. Se esperaba que Nouriel Roubini explicara las razones que lo llevaron a predecir la crisis, cosa que no ocurrió.

Durante un mes se anunció con gran despliegue la presencia de Nouriel Roubini, promocionado como el hombre que pronosticó la crisis financiera. Se esperaba que la ponencia ilustrara la teoría que le había llevado a predecir la crisis antes que todos los mortales. Para sorpresa de muchos, el tema no se tocó, dejando entrever que no había tal teoría y que se trataba, más bien, de un golpe de intuición.

Su diagnóstico sobre Colombia y América Latina no arroja luces. Cuando alguien desconoce las características de una economía, lo mejor que puede hacer para salir del paso es atribuir los comportamientos a fenómenos fortuitos y a proyectar el futuro con la última cifra. En efecto, Roubini atribuye el buen desempeño de América Latina entre 2003 y 2007 a la buena suerte y predice una contracción de la economía colombiana para el presente año de 0,7%, igual al del cuarto trimestre del año pasado. Aspectos como el monumental exceso de capacidad acumulado en 2003, el abandono de las políticas represivas del FMI y su sustitución por políticas expansivas y la configuración de burbujas, no le merecieron la menor atención.

No sobra aclarar que mis anticipaciones han estado fundamentadas en visiones que se apartan del pensamiento convencional. En la columna de marzo 3 de 2007, incluida en el libro La crisis de la economía mundial, anoté que el mundo estaba montado en un orden económico internacional en que los ahorros de los países emergentes provenientes de la represión salarial, en particular de Asia, se envían a EE.UU. para ser colocados en la valorización de activos.

Como ninguno de los dos elementos era sostenible, vaticiné que el andamiaje tenía que venirse abajo en un momento próximo, como lo presagiaban las fluctuaciones de las bolsas. De hecho, la economía de Estados Unidos quedaría expuesta a un cuantioso exceso de ahorro sobre la inversión, que no puede ser explicado por las teorías convencionales y que habría de provocar la caída en dominó de la producción y el empleo y propagarse al resto del mundo.

La parte de recomendaciones no despeja el debate. Luego de plantear un manejo totalmente ortodoxo en materia de equilibrio fiscal, control de la inflación, fortalecimiento del mercado financiero y rechazo a la protección, sugiere en forma afirmativa orientar la economía hacia el mercado interno. Lo que no dice es cómo se logra ese resultado sin déficit fiscal y sin protección. El libre comercio conduce a los países a especializarse en productos inconexos de ventaja comparativa que resquebrajan totalmente el mercado interno. No es posible fortalecer la demanda doméstica con las teorías y el modelo que precipitaron el colapso exportador.

No es la primera vez. En 1999, a raíz de la crisis de ese entonces, Portafolio realizó un foro con la presencia de Jeffrey Sachs, ilustre profesor de la Universidad de Harvard, y comentarios de cuatro colombianos. En mi ponencia sostuve que la crisis, que se presentaba en ese momento con toda intensidad, se debía al modelo económico y la solución estaba en cambiarlo. El comentario suscitó la respuesta del profesor Sachs. En forma enfática, calificó la discusión del cambio de modelo como sibilina y al día siguiente la frase ocupó la primera página de la prensa.

Vivir para ver. En un artículo reciente publicado en el New York Times y traducido en El Espectador, sostiene que la crisis proviene de errores acumulados durante 25 años, entre los cuales destaca la reforma monetaria del banco central autónomo durante la administración Reagan y la desregulación financiera de Clinton. En la misma forma enfática de hace diez años, dictamina que el origen de la crisis es estructural y que la solución no está en las políticas financieras de Obama, sino en el cambio de modelo.

El drama de los académicos de las universidades de Estados Unidos es que durante 25 años se comprometieron con el pensamiento neoliberal. Sus enseñanzas y recomendaciones giraban en torno a las creencias de que los mercados se autorregulan y la competencia conduce a los mayores niveles de bienestar social. Ahora, cuando los hechos han demostrado el monumental fracaso de la teoría y el modelo, han quedado a la deriva. En lugar de abandonar las concepciones invalidadas por la realidad y reformularlas de acuerdo con la experiencia, pretenden explicar y superar los daños con las mismas teorías que los causaron.

Ojalá que estas experiencias sirvan de lección para entender que la ciencia económica no tiene la universalidad de las otras disciplinas y su aplicación requiere de diagnósticos y teorías propias. Muchos de los desaciertos de los últimos años provienen de la inclinación a replicar concepciones, políticas e instituciones sin beneficio de inventario.

El Espectador

El nuevo Pallomari

Por Daniel Coronell - Revista Semana

OPINIÓN. Son demasiados "hechos aislados" como para creer que ocurrieron al azar. El capitán Lagos tiene claves para armar el rompecabezas.

Sábado 16 Mayo 2009

La justicia colombiana y la comunidad internacional deben velar por la protección del ex jefe de Contrainteligencia del DAS, capitán Jorge Alberto Lagos, quien ha empezado a destapar el alcance de la guerra sucia adelantada desde esa entidad contra la Corte Suprema de Justicia, líderes de la oposición y periodistas.

Lagos y su familia son blancos obvios de quienes buscan ocultar el uso criminal y político que miembros del gobierno le han dado a las herramientas de inteligencia del Estado.

Esta semana, Noticias RCN reveló que el capitán Lagos señaló ante la Fiscalía la identidad de algunos de los directos receptores de la información obtenida ilegalmente. Según su versión, él mismo le entregó reportes detallados de seguimientos al entonces consejero presidencial José Obdulio Gaviria; al secretario general de la Presidencia, Bernardo Moreno, y a otros dos asesores del Jefe de Estado.

Unas horas antes de la revelación -en una impecable entrevista conducida por Vicky Dávila- la ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, admitió por primera vez que las investigaciones, sin orden judicial, a magistrados de la Corte Suprema nacieron de una inquietud del Presidente de la República.

Los eslabones inicial y final de la cadena están a la vista: los seguimientos ilegales surgieron de una preocupación del Presidente, y los informes -algunos de los cuales ignoraba la propia directora del DAS- fueron entregados a altos asesores del mandatario.

Pero ahí no paran las coincidencias. Dentro del mismo plan, José Obdulio Gaviria filtró a medios de comunicación una fotografía en la que supuestamente aparecía el cuestionado empresario Ascencio Reyes en la posesión del fiscal Mario Iguarán. La conjura resultó deslucida porque el hombre que salía en la foto no era Reyes.

Las filtraciones eran parciales y sesgadas. Mientras trataban de poner en la picota a magistrados incómodos para el gobierno, soslayaban la información comprometedora de otros miembros de la rama judicial, considerados aliados incondicionales del Ejecutivo. Cuando todo esto se destape conoceremos, por ejemplo, las relaciones financieras entre Reyes y un tristemente célebre miembro del Consejo Superior de la Judicatura.

Embriagados por el exceso de poder, altos funcionarios de la Presidencia se aliaron con la mafia para desprestigiar a la Corte Suprema de Justicia y a sus contradictores.

Un resultado de esta asociación es la carta al Presidente de alias 'Tasmania' con la que el gobierno intentó desacreditar la investigación de la para-política. 'Tasmania' aclaró después que todo era un montaje contra el magistrado auxiliar Iván Velásquez. Detrás del plan estaban, según él, el abogado de alias el 'Tuso', el ex senador Mario Uribe y Santiago Uribe, el hermano del Presidente. La carta fue recogida por Martha Leal, alta funcionaria del DAS, por orden que Bernardo Moreno le diera a María del Pilar Hurtado.

Otro tanto sucedió con las falsas retractaciones del hoy asesinado Francisco Villalba. La carta en la que retiraba señalamientos al Presidente por la masacre de El Aro resultó escrita por Chucho Sarria, el viudo de la 'Monita retrechera'. Mientras estuvo en la cárcel, Sarria tuvo contacto con el secretario jurídico de la Presidencia, Edmundo del Castillo, a través de una voluntaria llamada María Victoria Millán, compañera de grupo de oración del doctor Del Castillo.

Y eso sin hablar de la reunión con 'Job', de la cual pronto se conocerán nuevos y reveladores antecedentes.

Son demasiados "hechos aislados" como para creer que ocurrieron por azar. El capitán Lagos tiene claves para empezar a armar el rompecabezas.

P.D.: Después de 17 años desaparece de El Colombiano la columna de Javier Darío Restrepo. La vida y el trabajo de Javier Darío son el mejor ejemplo del buen periodismo. Sus opiniones, siempre lúcidas, han sido una guía constante en medio de las tinieblas del unanimismo.

¡Que hiede, hiede! (El Espectador)

Opinión| 16 Mayo 2009 - 2:11 am

Felipe Zuleta Lleras

Por: Felipe Zuleta Lleras
RESULTA UN VERDADERO DISPARAte que sean los propios autores intelectuales de las interceptaciones ilegales a los magistrados, periodistas y opositores quienes ofrezcan una recompensa de 200 millones de pesos para las personas que delaten a los responsables.

Por supuesto que el dinero de esa recompensa ya tiene dueños, se trata de dos personas que nos contaron quién es el Montesinos del espurio régimen que nos gobierna desde la Casa de Nari y a quien el senador Héctor Elí Rojas llama el Montesinos bicéfalo: por un lado Don Berna… Bernardo Moreno, y por el otro José Obdulio Gaviria (JOG). Salvo, por supuesto, que haya un tercero.

En efecto, hace una semana María Isabel Rueda aseguró que el Montesinos era Bernardo Moreno y Jorge Lagos, ex director de Inteligencia del DAS, afirmó que José Obdulio Gaviria también mandaba a chuzar, luego estos dos ciudadanos pueden arrancar a pensar qué hacer con 100 milloncitos cada uno. Excepto que el Sr. Uribe decida confesar y cobrar él la recompensa.

Pero como si la decisión de los 200 millones no fuera demencial (por Jojoy ofrecen cinco mil millones), el orate primo de Pablo Escobar, JOG, ahora acusa a la revista Semana y al periodista Felipe López de haberse metido en el DAS a chuzar dizque para desprestigiar al Gobierno, Gobierno que ahora sabemos no sólo logró la reelección comprando parlamentarios, sino que además tenía chuzados todos los teléfonos de los candidatos que estaban aspirando a la Presidencia en las elecciones de 2006.

Y para acabar de completar esta esquizofrenia oficial, alguien desde la Casa de Nari pretende echarle la culpa de los seguimientos a los magistrados a uno de los pocos funcionarios honorables de este Gobierno, el director de la UIAF, doctor Mario Aranguren. Como quien dice, JOG y Don Berna Moreno pretenden sacar de la Casa de Nari el tema de las chuzadas para metérselo debajo del escritorio al doctor Aranguren.

Esperemos que la Fiscalía no se deje engatusar de esa manera frente a un tema que, como sostuvo el propio Fiscal General, hiede. Y el olor sale de las oficinas del DAS y del palacio presidencial. Faltaba más que los colombianos permitamos que este delito de las interceptaciones acabe en la condena de unos funcionarios de tercera línea, cuando está claro que los determinadores trabajan en la Presidencia de la, otrora, respetable República de Colombia.

Finalmente les confieso que me resulta difícil creer que los señores Santos de El Tiempo hayan permitido tener como columnista no sólo al primo de quien fue el secuestrador de Francisco Santos, señor Gaviria, sino peor aún, a quien según el Sr. Lagos del DAS, ordenaba las interceptaciones ilegales. Debe estar revolcándose en la tumba don Hernando Santos, quien jamás hubiera permitido que eso pasara en el diario que por tantos años dirigió de manera prodigiosa y respetable. Esto, ¡que hiede, hiede!

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Notícula. Tomás y Jerónimo no han convencido con sus tracaleras explicaciones. El país no les cree.

Basuriegos a la caneca

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Dice un refrán soez pero sabio: "El día que la m... valga algo, los pobres nacerán sin c...". Una confirmación más del dicho se está produciendo en Colombia. Durante años, la basura no valía nada, ni existía el concepto de que había en ella porciones recuperables. Los alcaldes la recogían, la tiraban a un hueco y cobraban a los ciudadanos. Solo los basuriegos o recicladores se ocupaban de hurgarla, separar lo podrido de lo reutilizable, juntar en un lado papeles y cartones, amontonar latas y metales en otro, poner en un tercer grupo vidrios y cristales y luego vender lo recuperado para que las fábricas volvieran a procesarlo. Aún recuerdo a las señoras de pañolón que, costal al hombro, azotaban las calles gritando "¡Fraaascos, boootellas, papeeeel!". Los niños ricos se asomaban a la puerta, entregaban a las marchantas cascos vacíos y jotos de periódico, y se producía entonces una imagen aberrante que me acompañará al infierno: la mujer sacaba una chuspita con monedas y pagaba al niño rico su mercancía de desecho.

La deuda que tenemos con los basuriegos es impagable; ahorraron vertederos y ayudaron a la industria. Una interesante investigación de la economista Rocío Moreno demuestra que "son bien reconocidos los beneficios ambientales, económicos y sociales de los recicladores" y que su actividad "reduce el costo urbano de gestión de desperdicios".

Pero desde hace meses las cosas han cambiado. Gracias al progreso del espíritu ambiental se descubrió que reciclar basuras es estupendo negocio. Los niños que antes habrían cobrado a las marchantas por sus frascos quieren ahora echarlas del mercado, quedarse con los restos y hacer una fortuna revendiéndolos. Operan ya en el país varias de esas empresas, una de las cuales (Recursos Ecoeficiencia S. A.) es propiedad de Tomás y Jerónimo Uribe.

Para desplazar a los recicladores hacía falta una ley. Esta llegó en diciembre del 2008. Entre copiosas normas técnicas sobre escombros -muchas de ellas sanas y necesarias- hay tres que expulsan a los viejos basuriegos e instauran el imperio oportunista del capitalismo ecológico. Una, quizás inconstitucional, declara que los residuos, que eran res nullius (de nadie), ahora son del Estado. Otra prohíbe examinar y extraer contenidos de las canecas (no digo esparcirlos, que es cosa de mendigos, no de recicladores). La tercera proscribe "el trasteo de basura y escombros en medios no aptos ni adecuados". Fácil resulta suponer que son adecuados los camiones de las flamantes empresas "ecoeficientes" y no los costales, carritos de balineras y zorras de los cartoneros.

La Ley 1259, sancionada por el Gobierno, es un atentado contra la supervivencia de esa humilde comunidad, a la que debemos décadas de racionalización de desperdicios. La ley incluye líricos parágrafos sobre campañas cívicas y capacitación de personal, pero la verdad pura y dura (lo dice un informe de Daniel Páez en la revista Shock) es que están sacando a los basuriegos y pronto les cobrarán multas de dos salarios mínimos por hurgar canecas. ¿Cómo van a pagar, si un reciclador apenas gana 10.000 pesos diarios?

Una ONG tiene entutelada ante la Corte Constitucional cierta medida que, al cerrar en Cali el botadero de Navarra y licitar las basuras, sepultó a los recicladores. Hay que ver el desdén humano con que se hacen estas cosas: cuánta delicadeza ahora con los desechos, cuán poca con los basuriegos. Escalofrían las cartas de la Superintendencia de Servicios Públicos y la Corporación Regional del Valle, donde afirman que "no está dentro de nuestras funciones ambientales solucionar problemas sociales". ¿Pero sí crearlos?

Si alguien tiene derecho a vivir de los desperdicios son los basuriegos. Antes que atender a ávidas ecoempresas, es deber del Estado ofrecerles a ellos remedios reales, no soluciones basura.

cambalache@mail.ddnet.es

Daniel Samper Pizano

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Agua: ¿derecho fundamental o mercancía?

2 Mayo 2009 - 12:28 am http://static.elespectador.com/images/marca_footer.gif

Alfredo Molano Bravo

Por: Alfredo Molano Bravo
HACE POCO MÁS DE SEIS MESES SE presentaron ante la Registraduría los dos millones de firmas que acreditaban la revisión por parte del Congreso de la República del Referendo del Agua.

La iniciativa busca que el acceso al agua sea declarado un derecho fundamental consagrado por la Constitución. Es decir, un derecho que garantice la conservación de la vida en general, la humana, la animal, la vegetal. Ello significa impedir que el agua sea considerada en adelante como una mercancía. El defensor del Pueblo, Vólmar Pérez, presentó esta semana un diagnóstico escalofriante del estado crítico en que se halla el país en cuanto al cumplimiento del derecho humano al agua de 14 millones de personas que viven en riesgo de escasez; nueve millones no tienen acueducto; la mitad de los municipios del país no tienen agua las 24 horas; 13 millones no tienen alcantarillado, y la mayoría de las aguas que botan a los ríos son negras; los servicios de agua y alcantarillado andan por encima de la inflación; los ricos consumen tres veces más agua que los pobres. “Los campesinos, los indígenas, los raizales y los afrocolombianos tienen coberturas de acueducto y alcantarillado por debajo del promedio nacional”.

Aquí, digo yo, donde la planeación de las estrategias bélicas es la preocupación principal del Gobierno, no existe —afirma el Defensor— ni “un inventario actualizado de la infraestructura de agua potable y saneamiento básico, ni un plan de obras e inversiones para los próximos cinco años”; y los planes departamentales de agua, agrego, son sólo para los centros urbanos, bajo una política de mercantilización y de privatización del servicio. Recuerda, por último, que la Corte Constitucional protege el derecho humano al agua por conexidad con los derechos fundamentales a la vida digna, a la salud, el debido proceso y el medio ambiente”. ¿Qué significan estas cifras, más allá de que el Estado incumpla sus obligaciones? Que la demanda por agua crece y, por tanto, su necesidad abre un gran negocio para producirla y transportarla.

El calentamiento global, la ganaderización y la palmarización del campo, la destrucción de páramos y selvas, el envenenamiento de ríos y cauces, la apropiación privada de acuíferos, la construcción de hidroeléctricas y autopistas, hacen cada día más escasa el agua y mejor el negocio de su privatización. Esta pelea fue la que se dio esta semana en la Cámara entre el representante Roy Barrera, convertido en un espadachín de imagen a sueldo por el Presidente, y el vocero nacional del referendo de agua, apoyado por 10 representantes a la Cámara que votaron favorablemente la propuesta original del referendo.

El uribato en el Congreso sacó adelante lo que a Uribe —y de seguro a su familia y allegados— le sirve: que el agua no sea un derecho fundamental ni un bien público; que avance el proceso de privatizar la gestión del agua y los servicios de acueducto y alcantarillado, y se permita desde la Constitución que “las aguas que nacen y mueren en la misma heredad” sean apropiadas por los propietarios de la tierra —es decir, la destrucción de los humedales—; y sustraer las aguas de indígenas, comunidades negras y raizales de sus territorios ancestrales, para ser ofertadas en Bolsa.

Faltan aún varios debates en la Cámara y en el Senado. El país no puede permanecer indiferente frente a las modificaciones que la aplanadora uribista ha hecho aprobar. Se trata de un asunto de vida o muerte para todos los ciudadanos.

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Las consecuencias económicas del Dr. Uribe

Se está abriendo paso un amplio consenso entre los analistas sobre los graves desórdenes institucionales, políticos, económicos y presupuestales que está dejando el presidente Uribe a quien asuma el poder en 2010. Tan sólo para hacer referencia a los asuntos presupuestales, basta con recordar que se gastó el pasado, el presente y el futuro del país.

Con respecto al fisco y/o el patrimonio ahorrado por generaciones y el cual está representado por los activos del Estado, ha sido el gobierno que en la historia del país ha enajenado la más grande cuantía de recursos sociales, aún de empresas estratégicas. Se han vendido, entre otros, el Banco Cafetero, 10% de Ecopetrol, 10 distribuidoras regionales de energía, Telecom, Ecogas, otro porcentaje de Isagen y está en salmuera otro de ISA. Estos ingresos derivados de las privatizaciones han fondeado un ambicioso plan de gasto del gobierno, sin generar ni siquiera un superávit fiscal durante los siete años consecutivos del Gobierno Nacional Central y peor aún, en medio de las más altas tasas de crecimiento del PIB en treinta años y de los precios más altos de los "commodities".

Las decisiones de gasto han ocasionado una distorsión del escenario fiscal, durante cinco años se bloqueó el gasto local con cargo a los recursos del Fondo Nacional de Regalías -FNR-, de los $3 billones acumulados $1.3 billones fueron apropiados en el Presupuesto General en la vigencia fiscal de 2009. Estos recursos, que serán asignados a las regiones en Consejos Comunitarios, pertenecen a ellas por derecho propio y a ellas deberían volver por vía de la Ley y las instituciones y no en ruedas de prensa presidenciales.

En desarrollo de su política económica, el gobierno acumuló un déficit fiscal de 3.3% del PIB en 2008, y obligó a los departamentos a usar los recursos de un empréstito internacional de USD$1.000 millones que tomó el Gobierno Central, mientras les mantenía retenidos los $3 billones que habían acumulado en el FNR. De la misma manera, aprovechó el escenario de revaluación para sustituir deuda externa por interna, aunque no tuvo la precaución de reducir el nivel total como proporción del PIB que presenta un incremento de 2 puntos porcentuales del PIB con respecto al nivel de 2000.

El 28 de febrero pasado Alejandro Gaviria mencionó, en su columna de El Espectador, que el próximo presidente tendrá, aunque no quiera, que darle continuidad a muchas de las políticas del actual gobierno. Ello se debe, en parte, a la suscripción de vigencias futuras excepcionalmente largas que comprometen el presupuesto más allá del término del mandato, a las garantías contractuales otorgadas a los inversionistas y a las gabelas tributarias pactadas con el capital extranjero. Siendo todo cierto, no describió la totalidad del panorama, la concentración del presupuesto en manos del presidente es tal, que su influencia no sólo afecta el pasado y el presente sino que se hará sentir por largo tiempo en el futuro.

Hacia adelante el alcance de las decisiones tomadas se extenderá por mucho tiempo. Las vigencias futuras que amparan el metro de Medellín se extederán por 100 años, las del Transmilenio de Bogotá irán hasta el 2016, la Drummond recibió una extensión de su concesión por 30 años más para explotar 8 millones de toneladas de carbón a cielo abierto y 5 trillones de MBTU de gas natural.

Todo lo anterior sin contar que, dado el desequilibrio de poderes ocasionado por la reelección inmediata, los órganos de control y los organismos colegiados independientes quedarán integrados por personas designadas por el presidente. En la Junta del Emisor, con excepción del dr. Tenjo que pronto se retira, todos los miembros han sido nombrados durante el actual periodo presidencial, ello implica que Uribe tendrá influencia en la vida económica nacional todavía por mucho tiempo.

La doctrina

Por Antonio Caballero


OPINIÓN. La doctrina de la "defensa propia" de Santos no es de él, ni de Uribe, ni de Bush y ni siquiera de Israel. su verdadero inventor es Adolfo Hitler

Sábado 7 Marzo 2009

Para el gobierno de Álvaro Uribe sólo importa la que llama "seguridad democrática", y esta se reduce a la guerra de aniquilamiento contra las Farc. Eso para lo cual el Presidente fue elegido y reelegido y que en estos seis años no ha logrado todavía, después de haber anunciado, y sin duda creído, que lo conseguiría en dieciocho meses. Por ciego. Por no querer ver, por no poder ver (su ideología se lo impide) que el problema no es exclusivamente militar, sino social, económico y político. A causa de esa ceguera voluntaria y obsesiva a Uribe sólo le importa, digo, la "seguridad democrática", y a ella dedica todos los recursos y supedita todas las demás funciones del Estado: la justicia, la economía, y, claro está, la diplomacia.

Por eso, salvo en las contadas ocasiones en que se ha visto forzado a aceptar la colaboración de algún gobierno extranjero en algo relacionado con el conflicto armado -la ayuda del venezolano o del francés en las liberaciones de secuestrados, por ejemplo- la diplomacia de Uribe no ha tenido sino un foco de atención: los Estados Unidos. Más restringidamente todavía, el gobierno que presidía George W. Bush. Al Congreso norteamericano lo ignora, y al partido demócrata, cuando estaba en la oposición, lo despreciaba. Todavía no se repone -y debe ser el único que no previó jamás esa posibilidad- de la elección de Barack Obama. Lo demás ni siquiera existe: ni los vecinos -Venezuela y Ecuador-, ni la OEA, ni la ONU: incómodas organizaciones, como creía él con Bush, "irrelevantes". Ni Suiza, ni la China: nadie. Por eso usa la Cancillería y el servicio exterior como un basurero. Sólo cuentan los Estados Unidos, que en buena parte le financian la guerra; y, en lo anímico, el feroz Israel, que le da la pauta. La doctrina.

Dijo hace unos días el ministro de Defensa Juan Manuel Santos que perseguir a la guerrilla fuera de las fronteras "es un acto de legítima defensa y una doctrina cada vez más aceptada por la comunidad y el derecho internacional". No es así. Al revés: cada vez menos. Esa doctrina ya no la acepta ni siquiera el que más la ha usado, que es el gobierno de los Estados Unidos: fue explícitamente rechazada por Obama cuando sustituyó a Bush, cosa que sucedió en buena medida como consecuencia de la sima de soledad y desprestigio en que esa doctrina había sumido a su país. Sólo la practica Israel, pero no con la aceptación sino ante la reprobación casi universal; y sólo puede darse ese lujo porque le dan su respaldo irrestricto los Estados Unidos, como se lo da una madre al hijo calavera. La practica Israel, criminal e irresponsablemente, hoy en Palestina, ayer en el Líbano, tal vez mañana en Irán, y en todos los casos con resultados contraproducentes: el incremento del terrorismo árabe, antiisraelí y antinorteamericano.

Cuando la quiso practicar también Uribe por mano del ministro Santos, hace un año en el bombardeo al campamento de 'Raúl Reyes' en territorio ecuatoriano, y la hizo defender por boca de su entonces canciller Fernando Araújo, todos los países americanos (salvo los Estados Unidos de Bush) la censuraron unánimes. Hasta el punto de que el Presidente se vio obligado a firmar en Santo Domingo, en fila con todos sus colegas de América Latina y tragándose la rabia, una condena explícita a la violación de las fronteras ajenas.

La desacreditada doctrina que ahora propone Santos no es sólo suya. Es también la de Uribe. El cual finge desautorizar a su Ministro y "le da un tirón de orejas", como dice la prensa, y lo obliga a reunirse con el Canciller para que hagan las paces. (Una digresión: ¿no les da vergüenza a estos ministros de Uribe que su patrón los trate como a niños, o a veces como a perros? ¿No tienen dignidad? Pero eso sí: no renuncian hasta que los echan). Le da un tirón de orejas que el Ministro acepta sumisamente, agradecido: parece un ministro cubano. Pero a continuación lo confirma en su cargo y lo insta a seguir cumpliendo su "exitosa tarea" de imponer la "seguridad democrática" de bombardeos en la frontera y falsos positivos en el interior, de recompensas y sobornos, de manos cortadas y operaciones 'Jaque' montadas, de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, de espionaje a los adversarios y hasta a los partidarios, incluido el propio Santos: autochuzadas telefónicas.

Así que la doctrina Santos de la "defensa propia" no es de Santos. Pero aunque sea de Uribe, tampoco es invento de Uribe. Ni de Bush. Y ni siquiera de Israel. Todos ellos la han practicado, resumida en una fórmula brutal y sin escrúpulos: todo está permitido. Pero su verdadero inventor es otro: Adolfo Hitler.

Y ni siquiera a Hitler le fue bien con ella.
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